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Publicado por
RAMÓN PI
León

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A MONSEÑOR Dorado Soto, obispo de Málaga, le hicieron una entrevista en la Cadena Ser, y le preguntaron por las tensiones entre el obispado y las cofradías de penitencia, más conocidas por los profanos en la materia como de Semana Santa, ignorantes de que estas Hermandades funcionan todo el año, y algunas de forma admirable. El obispo respondió que no hay tensiones, porque las Hermandades son Iglesia, y todos pertenecen a la misma casa y tienen un mismo Padre. Pero el prelado aprovechó la oportunidad para «colocar» algo que se ve que tenía muchas ganas de decir: protestó por la afición de los políticos de ponerse delante de las cámaras en las procesiones, y manifestó su abierto desacuerdo con este aprovechamiento político, sobre todo cuando los aprovechones no son ni católicos ni cristianos. En el fondo, la actitud de estos «aprovechateguis», mal que les pese, no deja de ser un homenaje al cristianismo que anida en los hondones de nuestra sociedad. Pero no está de más, desde luego, que el obispo denuncie la hipocresía barata de esos laicos de guardarropía, que se meten con el Papa, con la Iglesia y con Jesucristo porque piensan que eso les sale gratis, y cuando las gentes conmemoran públicamente la Pasión del Señor pierden el trasero para ser los que tocan la campana del paso. Don Zetapé predicará lo que quiera su laicismo y su antirreligiosidad, pondrá todas las dificultades que pueda a la enseñanza de la religión católica en la escuela pública, incluso logrará que ser católico en este país salga cada vez más caro. Pero acabar con el poso cristiano de la sociedad es un bocado demasiado grande para tan poca boca.