Huida hacia adelante

LA DECISIÓN del Gobierno de mantener prácticamente íntegro el tratamiento fiscal a la compra de vivienda, cuando ha tenido ocasión de reformarla al promover la reforma fiscal en curso, es una peligrosa huida hacia adelante que puede tener consecuencias muy negativas. Cuando acaba de conocerse que el crédito hipotecario, cuyo crecimiento alocado se había relajado un tanto en los últimos meses del 2004, se ha vuelto a disparar en enero y a crecer a un ritmo cercano al 24%, es claro que incentivar el acceso al mercado inmobiliario, cuyos precios han alcanzado un grado de sobrevaloración insostenible, es jugar con fuego. Por pura racionalidad económica, hay que enfriar el sector, y el Gobierno no tiene otro recurso de política económica que reducir los incentivos fiscales