Cerrar

A CAMPANA TAÑIDA

Dos acontecimientos y una felicitación

Publicado por
FERNANDO DE ARVIZU
León

Creado:

Actualizado:

EL PRIMERO, en orden de importancia, la muerte de Juan Pablo II. Para los católicos de todo el mundo, nuestro Santo Padre. Para muchísimos acatólicos y no creyentes, una figura de dimensión universal, respetable y respetada especialmente en sus últimos momentos y también después. Impresiona ver las reacciones de condolencia y de profundo respeto de los que no son católicos, entre ellos muchos jefes de Estado o de gobierno que asistieron a sus funerales. Solo los chinos han guardado silencio, pero eso se explica por su peculiar forma de ser, sobre la que hay que comenzar a escribir. En España ha ocurrido algo que también cuadra con nuestra forma de ser: a un personaje público, ya de la política, de la literatura, de las artes o de lo que sea, se le critica acerbamente en vida, se le niega el pan y la sal, pero a su muerte, todos los elogios del diccionario son pocos para los que se pronuncian en su memoria. Juan Pablo II fue un papa colosal, muy coherente con su fe y por completo entregado a su magisterio y a su ministerio. Todo el mundo lo ha reconocido así. La primera cadena de TVE parecía una sucursal del Vaticano y debe elogiarse el enorme esfuerzo y la calidad informativa que ha desplegado durante todos estos días. La televisión pública, en esta ocasión, ha sabido conectar plenamente con el sustrato católico de la mayor parte del pueblo español y se ha volcado, bien hecho. No quiero aludir a otras reacciones cicateras. La representación española en los funerales ha sido del más alto nivel. Hay igualmente que felicitar a la Corona por romper el protocolo y -como no me duelen prendas- a Zapatero por dejar de lado cuestiones políticas contingentes y opinables y saber estar donde debe estar. El segundo acontecimiento, mucho más doméstico, ha sido la inauguración del Musac. No estará de más recordar que, en 1995, Mario Amilivia exigió a Lucas el Musac para León como condición para ser candidato a alcalde. Fue secundado por Luis Aznar, ponente de la Ley de Museos y por mí mismo. No fue fácil pero se logró. Pese a las críticas, pese a que muchos no sintonicen con el arte moderno y de vanguardia, es algo bueno para León. El edificio es audaz, pero gustó el día de la inauguración. Está bien integrado en su entorno. Solo queda que su contenido esté a la altura de las expectativas que ha generado. No hay por qué dudar, en estos momentos iniciales, de que así será. La inauguración fue presidida por los Príncipes de Asturias. Muy reveladora fue la simpatía que los ciudadanos les demostraron, especialmente con Doña Leticia, nueva en esta plaza. Impresionó su delgadez. Deberían invitarle a pasar unos días disfrutando de nuestra gastronomía y ya veríamos cómo cambiaba la cosa. Lo importante es que los leoneses y leonesas valoraron especialmente el gesto de los Príncipes. Por nacimiento, Don Felipe es Príncipe de Asturias. Habría que buscar alguna manera de entroncar especialmente a Doña Leticia con León. Ambos son jóvenes. Don Felipe sonríe mucho más que antes. Se le ve feliz. Que sea enhorabuena. Y por último, a Alfonso García, director del «Filandón» de este Diario, le han concedido el Premio del Fomento a la Lectura. Enhorabuena, porque se lo merece.

Cargando contenidos...