EN POCAS PALABRAS
Maragall y sus embrollos
A MARAGALL le gustaría que Cataluña fuera como Euskadi, es decir, con soberanía fiscal y apenas debiendo aportar un exiguo cupo para el pago de los servicios recibidos del Estado. Pero no se atreve a plantear abiertamente esta exigencia, demasiado descarada, y por ello sugiere una fórmula calcada del concierto aunque con otro nombre. Y consciente de que si se generalizara el modelo vasco desaparecería el Estado, conmina a vascos y navarros a «ser más solidarios», es decir, a incrementar su contribución a las arcas comunes. Una sugerencia que ha irritado a sus destinatarios. Ciertamente, es complicado ser «soberanista fiscal» y «españolista solidario». No parece que con Maragall vaya a encontrarse el camino de unas mudanzas razonables.