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LO DE ARRIBA no es una errata, ni el nombre del cantante antes llamado Prince. Son el alzado y la planta, más o menos a escala 1:10, de los miniapartamentos que ha propuesto la ministra Trujillo para que los españoles puedan por fin independizarse antes de los 40. Perdón por el título, pero es que con esto del Musac estamos en León muy concienciados con lo conceptual. Por cierto, que este templo de las vanguardias expone dentro de su muestra inaugural, Emergencias , una obra que pretende representar un ranchito de Caracas, otra vivienda de emergencia a la que recurren millones de sudamericanos para hacerse un mínimo hueco en la metrópoli a base de bloques de hormigón y cualquier tipo de desecho de la sociedad de consumo. La versión del Musac se ha levantado con cajas de cerveza Alhambra, que no suena muy venezolana, y está tocada por un panel de energía solar prestado por un distribuidor de León. A veces el arte moderno ya nace efímero, como muchas propuestas ministeriales. Y es que a la Trujillo no le han dado tiempo ni a ponerle el ramo de bonsai en la salida de humos de su ranchito urbano. Le ha caído un diluvio de críticas voraces, todas ellas procedentes de quienes necesitarían al menos media docena de miniapartamentos para que les entrara el despacho. Parecerían voces más autorizadas para valorar la iniciativa las de esa legión de jóvenes recién incorporados al trabajo que tienen que compartir un piso con cinco o seis desconocidos para poder pagar la renta con su sueldo, y además comer al menos una vez al día. Por ejemplo.