Un país más habitable

ESTAMOS en la semana del primer aniversario del Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, que coincide con la semana de cierre de la campaña electoral vasca y con las elecciones mismas. El presidente del Gobierno alterna en sus intervenciones públicas con ambos eventos y el PP intenta sacar la cabeza también de las dos cosas. Zapatero no ha estado excesivamente autocrítico al valorar sus doce meses de ejercicio del poder, pero los dirigentes del PP no han encontrado ni un solo resquicio para colocar algo positivo en el hacer del Gobierno. Lo cierto es que en estos doce meses se han producido vacilaciones y despistes por parte de los ministros, casi siempre en el terreno verbal, así como algunas promesas que no han sido cumplidas, al menos todavía, o ciertos cambios de rumbo respecto del programa. Eso es verdad. Como lo es también que tales fallos se compensan con creces con los aspectos positivos, comenzando con la emblemática decisión de retirar las tropas españolas de Irak. En todo caso el clima político ha cambiado sustancialmente y se nos ha devuelto el gusto por la libertad y por el respeto democrático, que muchos habíamos perdido durante los años de plomo. Solamente eso sería suficiente, al menos para mí y muchos de los que sienten y piensan de modo parecido al mío. Pero el cambio se ha reflejado en terrenos más concretos, como la política exterior, que ha vuelto a sus cauces de globalidad y de inserción europea e influencia creciente en el Mediterráneo, América Latina y el mundo árabe. España es hoy más habitable que hace un año.