Balance económico

BUEN MOMENTO para hacer balance de la gestión económica del Gobierno, cuando el domingo se cumple un año desde que Rodríguez Zapatero jurara su cargo ante el Rey. Esta semana se ha conocido que el índice de precios está ya en una tasa de crecimiento interanual del 3,4% (hace un año estaba por el 2%), lo que se traduce en dificultades para competir con el resto de los países europeos, nuestros principales socios comerciales, y en una rémora para la creación de empleo. Con el euro hemos perdido la posibilidad de devaluar la peseta para recuperar competitividad. Una política monetaria restrictiva es una alternativa imposible, pues esa herramienta está cedida al Banco Central Europeo y éste no está hoy por la labor de subir los tipos de interés. El problema nos toca a nosotros. El Gobierno debería activar una política de cambios estructurales y liberalización de mercados, pero el Plan de Dinamización no pasa de ser un recetario amplio con exceso de proyectos y déficit de medidas contundentes. Después de pasarse años criticando el modelo económico de los de antes, basado en la generación de empleo mediante el crecimiento del consumo privado y de la construcción, llegan los de ahora y siguen haciendo lo mismo: consumo, más construcción, igual a empleo. El modelo alternativo que con acierto propugnaban los economistas socialistas en la oposición, basado en la inversión en vez del consumo y en la innovación en lugar del ladrillo, para así aumentar la competitividad y garantizar el crecimiento a largo plazo, sigue sin verse por ninguna parte. ¿Tendremos que esperar a que Solbes decida remangarse?