Sueldos

TODAS LAS PERSONAS que trato diariamente, entre las que me incluyo, no se sentirían molestas si ganaran un poco más. ¿Cuánto dinero hace falta para vivir? Por supuesto, según se pretenda que sea nuestra vida. A los anacoretas les sobra todo y a los consejeros de los grandes bancos o de las pequeñas autonomías no les basta con nada, pero estoy hablando de personas normales y corrientes, o sea de aquellas que lo más normal es que no tengan cantidades espectaculares en su cuenta corriente. Comparada España con otros países, aquí no se vive nada mal, pero hay que excluir de esa comparación a los ocho millones y pico de pobres oficiales y a un número indeterminado de indigentes clandestinos. Vuelvo a mi pregunta: ¿qué dinero hace falta para vivir? He llegado a la conclusión, todavía provisional, de que siempre es necesario un poco más del que se gana. Mucho o poco, pero algo más del suficiente. El ministro de Defensa, José Bono, ha reclamado «la complicidad social y del Parlamento» para acometer una mejora en los salarios de los soldados y los miembros de la Guardia Civil. Y puso un ejemplo, mejor dicho, dos. Un brigada del Ejército de Tierra con veintiún años de antigüedad gana 1.300 euros mensuales y un soldado con seis años de servicio, 789. No es necesario comparar estas cantidades con las que perciben los mossos d'esquadra o los guardias urbanos, que también son birriosas y en absoluto acordes con sus responsabilidades ante la ciudadanía y ante la autoridad. Incluso ante la autoridad familiar. Estos sueldos explican la evidente disminución del ardor guerrero que se registra desde hace tiempo y habría que corregir estas situaciones. Lo malo es que para hacer justicia, antes hay que hacer dinero. Mucho dinero. Y una vez corregidas, o simultáneamente, habría que enmendar la situación económica de muchos otros colectivos, que se dice ahora. Unos con otros, los viejos españoles, quiero decir los españoles viejos, viven o sobreviven con 720 euros al mes.