LA VELETA
Gobierno y paz
NI EL DEBILITAMIENTO del binomio PNV-EA volatiliza a Ibarretxe, ni el fortalecimiento del PSE-EE convierte al socialista Patxi López en árbitro de la situación vasca. Ocurre, sin embargo, que una fracción importante del PNV podría ver en los resultados electorales un mensaje de su propia militancia no sólo contra la deriva secesionista de Ibarretxe, sino también contra la utilización de los votos del aberzalismo radical. El plan del lendakari llevó su contenido soberanista hasta más allá de la Constitución, y aunque fue aprobado en el Parlamento de Vitoria por mayoría absoluta, con tres votos filoetarras, esa ayuda radical de nada le ha servido, pues se estrelló en el Congreso y fue diluyéndose hasta en la opinión de muchos dirigentes nacionalistas. La aritmética dice que Ibarretxe podría apoyarse en los diputados de EHAK y es posible que intente hacerlo, pero ello sería a costa de originar una fortísima conmoción interna en su propio partido, en el que los sectores más moderados han observado la galopada independentista del lendakari con preocupación y en disciplinado silencio. Pero cuando ese secesionismo se estrella en Madrid contra el muro de las Cortes y, en Euskadi, sale muy malparado de las urnas, la voz y el peso de la moderación peneuvista no va a dejar de oírse y sentirse, al menos en el marco del EBB. Lo cual instalaría a EHAK en cuarentena parlamentaria, hasta ver si lleva los mismos virus que Batasuna o tiene los suyos propios, comunistas obviamente, a los que el nacionalismo siempre les ha hecho ascos. Una noticia de ayer, y de hace ya algunos meses, podría ser que en Euskadi se vive una situación de cierta normalidad, al menos aparente pues en la sombra sigue viva la banda ETA, maquinando. Pero esa normalidad permite que el lendakari telefonease a Zapatero, después de que el presidente felicitase por teléfono al lendakari la noche anterior por la victoria electoral del PNV/EA. No exigió Ibarretxe la inmediata apertura de negociaciones con el presidente del Gobierno sobre su plan, afortunadamente extinto, sino que le pidió audiencia, que le fue concedida, pero no antes de que mantenga una ronda de conversaciones con todas las fuerzas políticas que han accedido al parlamento vasco. De esa ronda, que se iniciará lo antes posible, porque a Ibarretxe le oprime a veces la urgencia, saldrá alguna o mucha información sobre lo que EHAK va a traerse entre manos en la legislatura. Una abrumadora mayoría del Parlamento de Vitoria quiere un nuevo estatuto, negociado y consensuado por todos los partidos, pero sin distraerse de la prioridad esencial, que es el fin de la violencia. Así se afirmaba ayer en Bilbao por la dirección del PNV.