¿Qué ha ocurrido?

NO FUE FÁCIL conseguir el acuerdo de los dos grandes partidos estatales, que representan a casi el 90% del cuerpo electoral, para impedir que el brazo político de ETA, una organización terrorista, tuviera asiento, y por tanto influencia, en las instituciones representativas. ¿Acaso el Pacto Antiterrorista y su consecuencia más directa, la Ley de Partidos, estuvieron mal concebidos y dejaron resquicios por los que se han colado los extremistas? ¿O a lo mejor el Estado democrático es demasiado vulnerable y resulta incapaz de defenderse cuando el enemigo es audaz o poderoso? El asunto no es trivial en absoluto porque un Estado puede sobrevivir con pocas leyes, pero es incapaz de salir adelante cuando las leyes existentes son burladas a la vista de todos.