Diario de León
Publicado por
MANUEL ALCÁNTARA
León

Creado:

Actualizado:

SI BIEN menos admirable, la curiosidad cristiana puede compararse con la caridad cristiana. ¿Hasta qué punto fueron reñidas las votaciones de los señores cardenales? ¿Fueron audibles los zureos de la paloma del Espíritu Santo? Sobre todo nos gustaría saber algo que jamás nos será revelado: ¿quién quedó el segundo en las votaciones? ¿La victoria de Ratzinger fue por puntos o se produjo antes del límite? Sólo sabemos que «el cardenal de hierro», más bien de acero inoxidable, guardián de la Fe, es ya Su Santidad el Papa Benedicto XVI. Siempre me han intrigado los finalistas. No sólo los de los premios literarios. En Grecia, por ejemplo, debió de existir un octavo sabio cuyos conocimientos eran ligeramente inferiores a los que acumularon los siete que se llevaron toda la fama. También debió de existir un cuarto Rey Mago, no menos dadivoso que los tres cuyos nombres registra la Historia Sagrada. Quizá el cuarto no llegó a tiempo para conquistar la inmortalidad teórica que supone ser recordado porque se le pinchó el camello. Los caminos hacia Belén eran abruptos. Los vaticanistas, que son numerosísimos, no tienen datos acerca del hombre que se quedó en puertas. También ignoran las recamadas intrigas y conversaciones que pudieron mantener aquellos reverendísimos hombres encerrados, todos impecablemente vestidos. El indeciso humo no tardó en aparecer, pero se prestó a cierta confusión. El negro no era del todo negro y el blanco estaba algo agrisado. Ya hay un nuevo Papa, pero ahora tienen que buscar un nuevo deshollinador. Se dice que los señores cardenales han optado por un Pontífice de transición. Benedicto XVI tiene 78 años. Conozco a alguna gente de esa edad entre cuyos proyectos más inmediatos no figura el de subir al cielo. El que fuera llamado «cardenal de hierro» está en buen uso. Además no está bien limitar la misericordia divina. Puede durar. Creo que se cuida mucho.

tracking