Diario de León

LA VELETA

¿Nación de naciones?

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ANTONIO CASADO
León

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NACIÓN sólo hay una, como la madre. De manera que estamos ante un concepto excluyente. Nadie puede tener dos madres. Ni dos naciones.Salvo legítima y probablemente fecunda incursión en los ámbitos de la lírica. No es el caso. Ahora toca quedarse en el ámbito de las leyes. Por eso uno se queda patidifuso ante la propuesta de Pascual Maragall, socialista biográfico y nacionalista genético, de que Cataluña sea definida en su futuro Estatuto de Autonomía como «una nación que, en el ejercicio de su derecho de autogobierno, se constituye en Comunidad Autónoma de acuerdo con la Constitución y el presente Estatuto, que es su norma institucional básica». Véase que ese texto, un simple borrador, al menos de momento, incluye vectores opuestos o incompatibles. Cierto, porque el concepto de Nación Catalana no puede marchar junto al de Comunidad Autónoma en el marco jurídico de la Constitución, mientras no sea corregido el artículo dos (soberanía nacional) y todo el título VIII en materia de organización territorial del Estado. Por tanto, si «nación» es un concepto excluyente, sería absurdo decir que Cataluña es una nación dentro de la nación española, como si fueran muñecas rusas. Tan absurdo, al menos desde el punto de vista jurídico, como decir que España es una «Nación de naciones». Eso es retórico. Está muy bien para la literatura. Vale como figura para definir esa pluralidad acogida al generoso manto de la Nación española. Vale incluso para dar a entender que nadie puede sentirse desatendido en sus legítimos sentimientos de pertenencia, pero no sirve para figurar en un marco jurídico. No para dejarlo escrito en una ley. No para construir la legalidad, que no es un lugar para las musas sino para las certezas jurídicas. Cataluña puede ser una nación en la literatura, en la lírica, en los sentimientos personales, en el corazón de un catalán, o de muchos, pero no en una ley escrita, mientras permanezca inalterado el dogma de la soberanía nacional única como fuente de todas las leyes. Cataluña no puede aparecer como una nación en el Estatuto de Autonomía ni en ninguna otra parte que no sea la Constitución. Pero el texto constitucional ya está ocupado a esos efectos. Allí es donde habita legalmente una nación, una sola nación, única e indivisible. Muy generosa para acoger a personas que tal vez tengan un sentimiento de pertenencia nacional diferente. Pero lo que no puede es acoger a otra nación distinta a la española. Eso es lo que a mí me parece.

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