Diario de León

TRIBUNA

Región leonesa y fondos europeos

Publicado por
LAUREANO M. RUBIO PÉREZ
León

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LAS PROPUESTAS, las ideas y sugerencias, cuando son buenas y pueden ayudar a una tierra y a sus gentes, importa poco de quien provengan o quien las tutele. Pero, esto no parece ser el caso de la propuesta que cierta formación política ha lanzado, bien es cierto a modo de órdago, de que la Europa de las Regiones estaría dispuesta a seguir considerando a las tres provincias que integran el Reino de León o la Región Leonesa como Objetivo 1 a la hora de seguir aportando fondos, dado que no hace falta ser muy espabilado para darse cuenta de que su futuro es negro y de que el nivel medio de renta si descontamos las pensiones está como el salario mensual de la mayor parte de los currantes de mono, cosa que no parecen conocer algunos políticos con sueldos elevados. Pero, el problema no reside en Europa, ni en España, sino en una comunidad autónoma inventada y descohesionada, sirva de ejemplo su fiesta y la insigne fundación Villalar, que pese a denominarse Castilla Y León, está empeñada bajo la tutela de los dirigentes políticos en que sea una sola cosa, una sola realidad y una sólo región, aunque para ello haya que negar lo innegable y prostituir la historia de la región leonesa. En esta tesitura, ¿cómo aceptar tal diferenciación que se aprecia con el simple pasea por el territorio y sin necesidad de hacer estudios concienzudos que siempre llegan a las conclusiones que desea el que los paga?. Las declaraciones del alcalde de León, muchos leoneses estamos esperando la postura de su socio de gobierno, me hacen sospechar que una vez más se van a anteponer los intereses políticos de Valladolid, sobre los intereses de las gentes de la región leonesa; una vez más se prefiere perder esas subvenciones que favorecen a leoneses, zamoranos y salmantinos, sin duda los grandes perdedores de la España de las autonomías y de la entrada en el mercado europeo, que aceptar una tangible realidad que de alguna forma reconozca la región leonesa. ¿Acaso también se opondrían a este beneficio los vallisoletanos, burgaleses o palentinos?. Creo que no, y de hacerlo demostrarían que no sólo tienen poca solidaridad, sino que como ellos no se benefician, que se ... los otros. En un país normal, en una comunidad autónoma seria, ante tema tan importante para el futuro de una parte del territorio, los responsables políticos, independientemente del color e ideología, no sólo no discrepan, sino que se unen como una piña. Ejemplos tenemos en Cataluña con el agua, en Aragón y en otras muchas comunidades. Pero, en la nuestra la clase política parece de otra galaxia y lo que demuestra con estas posiciones y dudas es que son cautivos de órdenes superiores y, sobre todo, de una lista y de un oficio político del que comen. Con estas posturas parece importarle muy poco la situación del campo leonés, la despoblación y la crisis generalizada que fuerza a la mayor parte de los jóvenes leoneses a emigrar, eso sí sus hijos se quedan aquí y contribuyen a mantener el estatus y a conservar el sistema. Los dirigentes políticos leoneses, todos sin excepción, no sólo deben preocuparse más por la provincia y dejar de mirar el número de votos concentrado en los grandes núcleos urbanos, sino enterarse de una vez por todas de que el sector agrario leonés, puntero en no pocos cultivos, junto a la ganadería, fue el gran sacrificado con la entrada en Europa, máxime cuando las estructuras agrarias leoneses no estaban ni mucho menos preparadas para una política en la que se primaba la extensión sobre la producción. El ejemplo del lúpulo, la leche, el maíz, o muy pronto la remolacha, sirve para ver que Francia y Alemania ponen dinero a cambio de algo; es decir a quedarse en el futuro con el monopolio agrario desde el cual montar las industrias agroalimentarias cuyos productos consumirá una sociedad leonesa envejecida y pensionista. Esa es la realidad que ve cualquier leguleyo, sin necesidad de estudios ni estadística y que de alguna forma legitima a la región leonesa a seguir reclamando compensaciones por tan flagrante atropello de un sector agrario al que la sociedad actual le debe todo lo que es o tiene. Algunos con sus posiciones y manifestaciones parecen dar a entender que la problemática leonesa sólo está en una ciudad de León peatonalizada y una Calle Ancha, bien repleta de paseantes burgueses que ociosos contemplan las bellezas de la catedral. Pero la cuestión es más compleja y grave, de ahí que los leoneses esperamos que ante tal asunto no se juegue alegremente con la posibilidad de que la región leonesa pueda seguir contando con una ayuda que , aunque no solucione su caída en picado, sí la mitigue o en cierto modo la retrase con la esperanza de que cambio el proceso histórico y vengan nuevos y revolucionarios tiempos. E n esta tesitura, no cabe duda que el que ostenta el poder tiene la posibilidad de actuar en un sentido o en otro, máxime cuando este tema es una cuestión de estado y del propio gobierno español. Sabido es que en esta comunidad autónoma el enfrentamiento entre los dos grandes partidos políticos es alto por mucho que lo barnicen. Con frecuencia dan la impresión de que prefieren que un territorio no se beneficie y prospere mientras que esté gobernado por otros. Reclamarle al presidente Zapatero que cumpla con sus promesas para el plan oeste cuando se está discutiendo la posibilidad de que Europa siga considerando a la región leonesa como objetivo uno, no sólo no es lícito e inoportuno, sino que demuestra que los que así se manifiestan preferirían, para su mayor rentabilidad política, que nunca se cumpliera esas promesas. Con frecuencia muchos leoneses pensamos que los dirigentes políticos, o bien nos toman por tontos y con escasa capacidad de pensar, o por cautivos de una ideología. A estas alturas de la democracia quiero pensar que ni lo uno ni lo otro es cierto, pues de lo contrario apaga y vamos. Al presidente Zapatero ya se le recordará y se le demandará el cumplimiento de sus promesas electorales a su debido tiempo, ahora se trata de otra cosa, se trata de que todos nos unamos para pedirle a él, como leonés y al señor Caldera como salmantino que defienda en Europa la necesidad de ayuda que aún tiene la región leonesa, su región, pues eso ni supone renunciar a sus convicciones o compromisos para con esta comunidad autónoma, ni ofender o perjudicar a nadie de dentro de la comunidad, ni de fuera. Es una tangible realidad y necesidad que no dudarían en apoyar catalanes, vascos, andaluces o gallegos. En el homenaje que la Casa de León en Madrid hizo a Zapatero mediante un monográfico de su revista, no sólo tuvimos el honor de poder participar, sino, como historiador, de recordarle que como alto mandatario de la nación española tiene la posibilidad histórica de pasar a la Historia como el dirigente demócrata que posibilitó que los habitantes del viejo Reino de León o de la Región Leonesa en referéndum decidieran si querían o no autogobernarse, dado que en su día se hizo caso omiso al sentir popular y a las mociones de las instituciones leonesas. Ahora, nuevamente, ante un tema tan importante, nuestro presidente no sólo tiene la oportunidad de manifestar su leonesismo, sino también de lograr que se vayan compensando tantas y tantas injusticias cometidas desde fuera y desde dentro con la región leonesa, con su tierra y con las gentes que le han apoyado y esperan ver cumplidas sus promesas.

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