AQUÍ Y AHORA
44 millones
ESPAÑA ya tiene 44 millones de habitantes. La curva de crecimiento de la población, por lo visto, se está disparando y más que se disparará con las medidas de regularización de inmigrantes adoptadas por el Gobierno. Marroquíes y ecuatorianos están en cabeza de los extranjeros instalados -es un decir- entre nosotros. Luego vienen rumanos, colombianos y, para mi perplejidad, británicos. ¿Británicos? Pues sí, y luego, argentinos, pero en seguida, alemanes. ¿Alemanes? Pues también. Ésos, alemanes y británicos, sí que están, en general, instalados. Instaladísimos. Se pasaron toda su vida ahorrando para comprarse una casa en Baleares, Canarias o la costa mediterránea, y ahora su vida de jubilados discurre pacífica y tranquila. Esta estadística muestra lo poco que nos creemos lo de la UE. Si hablamos de inmigrantes extranjeros, me parece que hace tiempo que deberíamos haber dejado de contar a los comunitarios. En esto el deporte profesional va por delante del Instituto de Estadística: los comunitarios son nacionales a todos los efectos..., salvo en lo relativo a formar parte de las selecciones nacionales, que por algo se llaman así. Pero particularidades o rarezas aparte, lo cierto es que las cifras de inmigración y su ritmo de crecimiento obligan a hacerse preguntas difíciles de responder: ¿Va a soportar la sanidad pública esto? ¿Habrá dinero para todos los subsidios, ayudas, pensiones, subvenciones y demás instrumentos de financiación de los más pobres? ¿Cuándo quebrará el sistema de seguridad social? ¿Nuestros socios de la UE van a quedar quietos viendo el coladero espa ñol?