Diario de León
Publicado por
JAVIER TOMÉ
León

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EN ESTE BENDITO mundo todo termina por subir el precio del tabaco o, como es el caso, por anunciar una ley de restricciones, castigos y fusilamientos que nos deja a los fumadores justo en el filo de la navaja. Una vez admitido lo nefasto que resulta el tabaco para la salud, casi tanto como trabajar, no parece de recibo la campaña desatada contra los nicotinodependientes, empezada como no podía ser menos en esa escuela de fanatismo e intransigencia que es EE. UU. Resulta curioso que en la idílica España de Zapatero, donde supuestamente prima el valor supremo de la tolerancia, se haya legislado semejante cruzada contra los que osen encender un cigarrillo en la oficina o simplemente se salgan de la zona acotada en los bares para recluir como borregos a los irredentos del humo. Y eso en un país donde circulan libremente seres tan peligrosos para el bien común como el lenguaraz Carod-Rovira o los selváticos batasunos. En esta política de paredón se incluye la simpática figura del chivato, que podrá denunciar al que fume ilegalmente en lo que parece una caza de brujas que recuerda a tiempos ya muy pasados. Todo ello, naturalmente, se hace por nuestro bien, para que olvidemos de una vez por todas el tabaco. Ya lo dijo Woody Allen: «He dejado de fumar; viviré una semana más, y seguro que esa semana llueve todos los días». Pero sí, vivimos malos tiempos para lírica y hay que seguir la política de moderación que empezó Mark Twain al cumplir los sesenta años de edad: no fumar mientras se duerme, no dejar de fumar mientras se está despierto y no fumar más de un solo cigarrillo a la vez. Amén. 1397124194

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