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Publicado por
FERNANDO ONEGA
León

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«QUE SE METAN los cuartos donde les quepan». Esta frase, pronunciada ayer por Rodríguez Ibarra, encierra muchas cosas: la irritación del gobernante a quien perjudica la financiación que propone Cataluña; la rebeldía del pobre, que rechaza la limosna por venir marcada de recelos; el orgullo hispano, que vuelve a decir que prefiere la honra sin barcos; y el socialista her ido por un compañero de partido. Atención a estas declaraciones de Ibarra. Todos tenemos una tendencia natural y antigua a menospreciarle por su rudeza, por su demagogia y por el estilo con que se pronuncia. Siempre representó la parte más arcaica del socialismo español, opuesta a cualquier renovación. Se revistió de un socialismo elemental y rústico, emparedado en su Extremadura. Pero en esta ocasión sospecho que representa mucho más que eso. El Ibarra exaltado contra Maragall y el proyecto de financiación de Cataluña quizá represente más España de la que parece. Representa a todo ese país que no entiende de textos constitucionales, ni sabe si se debe discutir en la Conferencia de Presidentes, pero entiende que una comunidad quiere un sistema privilegiado, distinto a los demás y con el objetivo de quedarse con un dinero que ahora dedica a solidaridad. ¿Cuánta gente piensa lo mismo en España? ¿Cuántos ministros de Zapatero lo piensan también? Otra parte del discurso de Ibarra conecta con la sociedad que critica al sistema autonómico por sus gastos y ostentaciones. Es cuando achaca una parte del déficit catalán, la sanitaria, al dinero que se esfuma en el lujo de una policía autónoma o en el consumo de las televisiones. Este tipo de argumentos son excesivamente simples. No resisten un análisis riguroso, porque las televisiones autonómicas cumplen o tras funciones en los territorios con idioma propio. Pero son eficaces ante quien mira con recelo la ostentación y piensa que el sistema autonómico español puede fracasar precisamente por la dificultad de sostener sus finanzas. Y repito, atención a estas declaraciones de Ibarra, porque se está produciendo una quiebra en el socialismo español. Hace unos días, el presidente socialista de Castilla-La Mancha pactaba una declaración conjunta contra privilegios con el de Castilla y León. Alfonso Guerra está avisando de que algunos proyectos de estatutos violan la Constitución. Se observa una corriente de fondo muy crítica con los proyectos reformistas de Zapatero. Si por el momento se silencia es por no dañar la unidad del partido y la solidez del líder. Pero algo se empieza a mover. Y estas historias nunca se sabe cómo pueden terminar. Lo de menos sería una crisis del PSOE. Lo peor sería un enfrentamiento territorial. Y se está empezando a percibir.