EL BALCÓN DEL PUEBLO
El diálogo es una joya
AYER rotulé una pancarta y la colgué en los barrotes de este balcón del pueblo. Llevaba el título «acoso y derribo». Reflexioné sobre el intento de acoso por parte del Govern de Cataluña en su ambición desmedida por quedarse con la llave de la caja de caudales de todos los españoles. Pasqual Maragall se está convirtiendo en un quebradero de cabeza para ZP. Por convicción personal, por exigencias del guión tripartito o por degradación ideológica, está actuando antes como nacionalista que como socialista. También lo hice sobre el derribo que busca, día a día, el Partido Popular. Ninguno de los dos intentos, aisladamente, tienen la mínima posibilidad de éxito. Pero los dos, conjuntamente, pueden provocar una erosión y un desgaste descomunal en el Gobierno de ZP. Aunque habrá que ver, en ese caso, si no se desgastarán aún más los acosadores que anteponen los intereses de partido a los generales del Estado, antes que el propio Gobierno de la nación. Rodríguez Zapatero recibió ayer en La Moncloa al lendakari Ibarretxe. La crítica ha sido acerada desde la derecha. Y no es para tanto. Como mínimo debe reconocerse que si el lendakari va a La Moncloa y se entrevista normalmente con el presidente del Gobierno, algo se ha avanzado en el camino bacheado hacia la normalizaión con respecto a la situación anterior. Agotar una legislatura sin un cara a cara institucional entre el Gobierno de la nación y el del País Vasco no se sostiene. Por eso mismo resulta imprescindible que el PP, si quiere ser una alternativa de Gobierno creíble, demuestre su sentido de Estado. Hoy por hoy, parece ilusorio esperarlo de Ángel Acebes, de Eduardo Zaplana y de Esperanza Aguirre. No cabe ninguna duda que la mejor receta contra el cerco al acoso y derribo consiste en que el Gobierno y los socialistas lleven la iniciativa en todas las cuestiones actualmente candentes. Esas iniciativas deben tener uno de sus apoyos fundamentales en las próximas elecciones gallegas. Pero quiero bajar de las nubes a la realidad. Ayer mismo Zapatero e Ibarretxe apostaron por el diálogo para tocar el cielo de la paz en el País Vasco. También ante la cúpula dirigente de UGT, se comprometió a no hacer ni una sola reforma en el mercado laboral sin consultar a los sindicatos y a la patronal. Les animó al diálogo, al que valoró como una joya de la democracia. El diálogo es un diamante, sin duda. Tres empresas leonesas de cierta envergadura social están en estos instantes en situación muy preocupante. La representación social de las tres han echado en falta el diálogo. Lo mismo en Antibióticos, sobre la que han colgado el despido de 170 trabajadores, que la eólica LM en el Bierzo, con otro centenar en las cuerdas, o Enervisa, con 46 expedientes de regulación de empleo. En Antibióticos prima el oscurantismo de Sir Fidia. Es una actuación a la siciliana. Ahora aseguran que son necesarios 20 millones de euros para continuar. Puro chalaneo. Desconozco en estos momentos los acuerdos de la asamblea general celebrada ayer por los trabajadores. Todo indica que se librará un «tour de force» entre patronal y trabajadores. Por lo que respecta a LM, la criba se mueve por la ausencia de pedidos. Lo de Enervisa es aún más enrevesado. El resumen final es que hay demasiadas sombras donde deberían brillar las claridades.