Con todos los trastos a la cabeza

TRANSCURRIDA una semana de la visita de Zapatero al Bierzo, los ecos de sus promesas de inversión aún no se han apagado, ni tampoco el cruce de acusaciones entre dos partidos que, no lo olvidemos, sustentan a las dos administraciones más poderosas en materia económica que pueden «invertir» esta tierra, el Gobierno central y la Junta. Uno a veces, a pesar de la complejidad que algunos quieren darle a la política, no acierta a comprender porqué si como dicen los dos partidos, PSOE y PP, su deseo es el bienestar de los bercianos, cada vez que uno anuncia una partida económica, el otro responde con incredulidad o desconfianza. Quizás se deba a que esos temores nacen de ellos mismos, incapaces de reconocer que las fuerzas, cuanto más unidas estén, mejor rendimiento ofrecerán. El Ciemat, la búsqueda de empresas para el macropolígono del Bayo, las autovías, el tren de alta velocidad y un largo etcétera deben ser las grandes apuestas para que el Bierzo logre el status que se merece, no sólo por su historia sino por la contribución que desde hace mucho tiempo ha hecho a la salud económica de la provincia, de la comunidad y de toda España. Pero a veces pienso si nuestros representantes conocer la palabra de juego limpio. Pero en todos los sentidos. El primero porque si el otro ofrece algo, de bien nacidos sería reconocérselo y no dudar de su palabra , y segundo, porque no hay nada mejor que esa competencia de promesas (siempre que vengan acompañadas de hechos y no de palabras huecas que muchas veces sólo sirven para rellenar el currículum de incumplimientos con los que se asientan muchas carreras de políticos), para que las inversiones lleguen como agua de mayo. El tiempo dará y quitará razones a unos y otros aunque, uno reconoce de antemano el valor de la visita de un presidente del Gobierno por estos lares, y también del presidente de la Junta. Lo peor fue que parece que la armonía entre ambos sólo duró el tiempo justo que los flashes de las cámaras recogieron su apretón de manos. Luego, cada uno a lo suyo y otra vez el cruce de declaraciones con las que, un día sí y otro también nos desayunamos. Yo, mientras, me quedo con las inversiones prometidas y el deseo de que dentro de unos años pueda retractarme de ciertas desconfianzas que me asaltan siempre que oigo la palabra político (algunos definen esta palabra como persona que sólo se entiende a sí mismo y que hace lo contrario de lo que dice). Pero la semana berciana ha dado también para otras muchas cosas, muchas de ellas positivas como el camino del entendimiento que parece asentarse en las relaciones entre la gerencia del Hospital del Bierzo y las centrales sindicales. Después de las amenazas de estas últimas con llevar a los juzgados a los responsables del centro y de Primaria, el acuerdo entre Alfonso Rodríguez-Hevia y las centrales respecto a la movilidad laboral interna parece que servirá para un mejor entendimiento, y con ello para que todos salgan ganando. El talante dialogante de unos y otros debe servir para q ue, nunca sin olvidar las reivindicaciones, la paz se instale en la sanidad berciana.