AL TRASLUZ
Serenidad
DICEN que vivimos en un país crispado; algo de eso hay, aunque no creo que sea para tanto. Según una reciente información de este periódico, un estudio científico ha desvelado que los hinchas ingleses son más violentos cuando su equipo gana que cuando pierde; es decir, que como no empaten...hala, a destrozar mandíbulas; comparado con ese furor gorilesco nuestra crispación nacional es mera corajina. España no vive enfadada. Otro cantar es nuestra clase política, algunos de cuyos integrantes están pidiendo a gritos un masaje relajante, con cocoloco incluido . Un político no es mejor por estar en permanente estado de toma de la Bastilla. No hay discurso crítico más simplón que el berrinche constante, cuando la verdad se sacrifica al titular periodístico. Todos los partidos tienen sus ceñudos profesionales, pero hay otros estilos. Las concejalas Ana Guada (PP), María Teresa Gutiérrez (PSOE) y Gema Cabezas (UPL) participan en una sección en Canal Cuatro, dirigidas por Jorge Losada: discrepan sin agredirse, se respetan sin dar sensación de compadreo, y -sobre todo- te informan con claridad de los posicionamientos de sus partidos. Tras su debate no tienes ganas de linchar a nadie. La mejor política se hace desde la serenidad. No se puede vivir de pataleta en pataleta, a nadie se le vota para eso. Encrespamientos los justos, pero sin forzarlos. Somos un país optimista, pese a nuestros dramas y retos. El estado emocional de España no lo marcan las tertulias radiofónicas, sino nosotros mismos. Sobrán gurús de la bilis. Crispación hayla, pero la justa.