Cerrar
Publicado por
CAMINO GALLEGO
León

Creado:

Actualizado:

APROVECHANDO que estos días están en nuestra ciudad los máximos expertos del mundo en lo que a iluminación se refiere, quiero dejar constancia de una realidad que puede y debe cambiar. En todas las ciudades ocurre lo mismo: las farolas que se colocan en las fachadas de los edificios se encuentran situadas a la altura del segundo o tercer piso. Supongo que no es por capricho, sino porque a esa altura cubren el ancho de una calle, para que esté toda iluminada. Pero en los últimos años la iluminación urbana ha cambiado bastante, por eso creo que si se colocan más bajas y pueden orientarse habría la misma luz en la calle, sin molestar a los vecinos; porque tener una farola al lado de la ventana puede ser un incordio. Pero el motivo de este comentario no es decir que se ilumine el suelo y no las fachadas, sino denunciar que la potencia lumínica está descontrolando a muchos seres. Sorprende oír cantar a los pájaros a las tres de la madrugada, en los árboles de calles y plazas y lo hacen porque hay tanta luz que no saben si es de día o de noche. Antes cantaban al amanecer y con la oscuridad nocturna enmudecían. Ahora la luz no les deja dormir, cantan a cualquier hora y están estresados por dormir a ratos. Porque la luz también influyen en la calidad de vida de los animales y de los humanos. La contaminación lumínica puede y debe evitarse, y como doctores tiene la Iglesia, aprovechando que ahora están reunidos aquí, en León, me gustaría que tomaran alguna decisión al respecto. Luz sí, pero la adecuada.

Cargando contenidos...