Lo único importante

LA OFUSCACIÓN tiene esas cosas. Que te impide ver la realidad. Sin ir más lejos, ayer algunos se olvidaron de criticar a ETA y se dedicaron a censura directamente al Gobierno por permitir que los terroristas crezcan. Como si el Gobierno hubiese hecho reventar las mochilas de San Blas y ellos no tuviesen nada que ver en todo este fregado. Pero cada vez que los descerebrados se ponen en marcha, no falta quien saque a relucir su obcecación. Los socialistas estaban demasiado eufóricos. Los populares, tremendamente combativos. Y los demás grupos parlamentarios, a la que cayera. Y todos pensando que con el terrorismo se acaba en un telediario y que pasado mañana nos íbamos a levantar felices y dispuestos a vivir una nueva vida, lejos de amenazas y peligros. Pero las bombas que los descerebrados han hecho explotar nos dejan la enseñanza de que no hay que ser ni tan optimista, ni tan cenizo. Que hay que ver las cosas con mayor realismo. Y ponernos de acuerdo; sobre todo ponernos de acuerdo. Porque puede que los terroristas estén tensando la cuerda para demostrar que aún tienen algo que decir. O puede que impongan su ley los que no son partidarios de una negociación. Pero puede también que las bombas estén estallando para que el zafarrancho político vaya en aumento. Así que hay que ponerse a lo importante. A combatir, todos unidos, el terror que tratan de sembrar estos chalados. A seguir primando la eficacia policial y judicial. Y cuando dejen de hacer locuras y de verdad quieran entregar las armas y hablar, hemos de estar dispuestos a afrontar esta situación que se antoja más complicada de lo que inicialmente pueda parecer. Pero, a ver si mientras ellos siguen ocupados en hacernos saltar por los aires, nosotros somos capaces de dejar de montar las zapatiestas que montamos. Porque lo que estamos haciendo es dar vida a quien precisamente vive para quitárnosla.