Cerrar

NUBES Y CLAROS AQUÍ Y AHORA

Provincia desmantelada Bisoños

Publicado por
MARÍA J. MUÑIZ ANDRÉS ABERASTURI
León

Creado:

Actualizado:

Hay dos clases de lucha, la de aquel que está convencido de la posibilidad de vencer y la que se inicia con el convencimiento, a menudo íntimo y no confesado, de ya estar vencido. Ese baño de escepticismo se asoma tras las declaraciones categóricas y las manifestaciones de apoyo, a buen seguro sincero, mostrado a los trabajadores de Antibióticos. Y a través de ellos a la esperanza de mantener, aun con cuidados intensivos, el pulso industrial de una tierra cuyas expectativas languidecen. Ayer de nuevo León arropó a Antibióticos. Quién sabe si por el futuro o por los viejos tiempos. La enorme nube de vapor y el olor dulzón a melaza están enraizados en la memoria y los sentidos de los leoneses como los pináculos de la Catedral o los efluvios del Barrio Húmedo. Pero la viabilidad del que fue gigante farmacéutico y joya de la corona está en entredicho. Adeuda saldos negativos y años de abandono inversor, un déficit de esfuerzo mental y ánimo empresarial del que la verdad es que será muy difícil recuperarse. Bajo la piel de cordero de sociedades dispuestas a poner en la senda del beneficio a la pesada bestia se esconden no pocos lobos hambrientos de ayuda pública y política de coge el dinero y corre. La estrategia a seguir se adivina entre cauta y urgente. El cansancio de la lucha, de una provincia que tantas veces ha dicho «basta ya». Pero no hay otra. Si está demostrado que la pelea es a menudo infructuosa, más claro está que el victimismo sólo ayuda a hundir esperanzas en el desánimo. Luchar es necesario. Siempre. Ahora más que nunca. DEBE SER que son bisoños, que un año no es suficiente tiempo de rodaje, pero alguien, con una cierta mala baba, hará un día de estos la recopilación completa de las grandes aportaciones del Gobierno ZP y sus allegados. Sólo con la ministra de Vivienda y sus soluciones habitacionales, la cosa daría ya para un primer volumen; luego están la celebradas intervenciones de Pepiño Blanco que está convencido de que su secretario general y presidente del Gobierno es un nuevo Moisés que conducirá al mundo hacia ese encuentro de civilizaciones y todos seremos felices, viviremos en armonía y el maná lloverá del cielo y se posará sobre todas las comunidades autónomas porque, a estas alturas de promesas, o encontramos petróleo rápido o no va a haber forma de cumplir con todos y todas. El tercer volumen se lo esta ganando a pulso y aun superando a Blanco alguien tan acostumbrado a medir sus palabras como todo un ministro de Asuntos Exteriores. Así cuando en pleno lío de la retirada de las tropas de Irak después de hablar con el número dos de USA durante diez o doce segundos, declaró satisfecho que nuestras relaciones con Bush estaban a partir de un piñón. Y así siguió el hombre en tono triunfalista hasta que Maragall y Carod le organizaron el mayor zipi-zape internacional de los últimos años ofendiendo de una sola tacada a tres religiones y dos países. Pues llega Moratinos, ministro de Asuntos Exteriores y lo aclara todo: la culpa fue del florista. ¡Qué fuerte! Yo soy ministro y aunque fuera verdad lo del florista -es que no se me ocurriría ni decirlo. Por vergüenza, más que nada.

Cargando contenidos...