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Ponferrada

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AL CAER la tarde, se levanta un viento suave pero constante sobre la ciudad de Pachuca y por eso en México se la conoce como La Bella Airosa. Así lo cuentan quienes han estado allí esta semana, formando parte de la delegación que el Ayuntamiento de Ponferrada ha enviado a las Américas para estrechar lazos (institucionales y económicos) con una ciudad de 400.000 habitantes, capital del Estado de Hidalgo, con la que llevamos siete años hermanados. El viento nos une. Y también la mina, porque la plata ha sido, y todavía es, una de las riquezas que españoles primero, ingleses y norteamericanos después, han extraído de la tierra de Pachuca. Aquí tuvimos el oro de Las Médulas, con unos conquistadores como los romanos que también vinieron para quedarse, y todavía hoy tenemos el carbón del Bierzo Alto y de la cuenca de Fabero. Decía el alcalde de Ponferrada el pasado viernes en Pachuca que el viaje de la delegación berciana tenía que tener algún resultado práctico. Decía que el hermanamiento de las dos ciudades no se podía quedar en un «intercambio de banderines» entre dos equipos de fútbol que juegan un partido amistoso. Y decía bien, porque de lo contrario tendría difícil justificación un viaje como el que ha emprendido por segunda vez una comitiva de concejales, empresarios y autoridades académicas. Antes del viaje, el hermanamiento ya había dejado algunos beneficios en Pachuca, como la Escuela Ciudad de Ponferrada, que tanto ha emocionado a la delegación berciana estos días. Un gesto así justifica el hermanamiento, sin duda. «Es posible y necesario que una ciudad de 66.000 habitantes ayude a una ciudad de casi medio millón», decía al comienzo de la visita el propio portavoz de la oposición municipal, el socialista Roberto Rodríguez. Y decía bien, porque la relación con Pachuca debiera estar siempre al margen de la confrontación política. Pero la visita oficial también pretendía ser algo más que un viaje de cortesía. Y en los contactos que nuestros empresarios han mantenido con los inversores mexicanos debe estar la verdadera justificación de un viaje bien publicitado desde el equipo de gobierno municipal y que ha trasladado a México a una quincena de personas. El tiempo dirá si el convenio marco de colaboración firmado por los representantes de la patronal berciana y la Coordinadora de las Cámaras de Comercio del Estado de Hidalgo sirve para establecer verdaderos intercambios comerciales. Para que Ponferrada sea la puerta de Europa para los empresarios mexicanos y Pachuca el umbral por el que podrán cruzar las industrias bercianas interesadas en exportar en los países del Tratado de Libre Comercio. O todo se queda en buenas palabras, en palmaditas en la espalda, para salir «airosos» y que dentro de tres o cuatro años una nueva comitiva de Ponferrada cruce el Atlántico con el mismo mensaje de prosperidad comercial nunca resuelto. De momento, el interés que han mostrado los empresarios de la Bella Airosa por el sector eólico del Bierzo tiene su paradoja. Seguro que nadie les ha comentado que el empleo en factorías como la de LM fluctúa tanto como cambia el rumbo del viento.