EL BALCÓN DEL PUEBLO
Antibióticos: comenzó la resistencia
YA ESTABA CLARO: A eso de la media tarde del domingo, más allá de los Pirineos, cundía el desánimo oficial ante el previsible resultado del referéndum sobre la Constitución Europea. En León el cielo se volvió de color ceniza y en pocos minutos descargó una intensa tormenta de agua y granizo. Sin embargo, inundó accesos, como los alrededores de la plaza de toros, pero no acabó con la plaga de polen que todavía ayer caía sobre la ciudad como si fuera una mansa nevada. En París estos días se habla español. Han conseguido la gesta los Nadal, Ferrer y Robredo de turno. Éste último me fijó ayer al televisor durante cuatro horas. Los tres han pasado a cuartos de final del trofeo más prestigiado del mundo sobre tierra batida: el Roland Garros. Pero a lo que iba: el resultado del referéndum francés, con el 55% de noes y el 45% de síes, significa un gran contratiempo en la construcción de la UE. Ese gran contratiempo lo vamos a sufrir los países que éramos receptores de ayudas. Está claro que hubo un voto de extrema derecha y de extrema izquierda contra el proyecto europeo. Fueron aliados y de la mano. Pero también es incontestable que otros votos, especialmente en la izquierda, han aprovechado el referéndum para castigar al presidente Chirac y al Gobierno francés. Francia ha dicho «no» a la Constitución Europea. No es lo mismo que si lo hubiera gritado en las urnas, por ejemplo, Portugal o Luxemburgo. El asunto traerá cola. Ajenos a Europa, los trabajadores de Antibióticos han iniciado la huelga indefinida anunciada. Ha comenzado el gran pulso empresa/trabajadores. A partir de ahora ya no queda más margen de maniobra para alargar la situación con falsas negociaciones como las que hemos escuchado en los últimos meses. Es evidente que los italianos de Sir Fidia son maestros en el chalaneo ferial. Han tomado el pelo a la Junta de Castilla y León y se han embolsado el dinero de las subvenciones. Y, a su vez, son el mayor obstáculo para encontrar una solución al futuro de la factoría. Los trabajadores han proclamado de forma unánime: No debe aceptarse ni un despido, ni regulación de empleo, ni prejubilaciones. Están dispuestos a librar este combate. Y a ganarlo, como hicieron ejemplarmente los trabajadores de Fontaneda. Sin su resistencia numantina, Aguilar de Campoó tendría hoy un paisaje de más sombras. Los huelguistas de Antibióticos están dispuestos a dar la batalla. Su unidad, hoy por hoy, parece absoluta. Pero se debe aún ir más lejos por parte de la administración regional. Sin pulsar las venas de la empresa y de los trabajadores, parece claro que Sir Fidia ha incumplido los compromisos adquiridos para recibir subvenciones. Y eso ha de tener consecuencias civiles y penales para la empresa y para sus responsables. Los servicios jurídicos de la Junta tienen que tirar de este ovillo como piden los trabajadores. El conflicto es de grandes proporciones. Supera al consejero Tomás Villanueva y afecta directamente al presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera. Voy a resumir en dos líneas -y ya es difícil- el sentir de León: No va a permitir nuevos fallos en este asunto clave. Si Antibióticos se hunde es como desnudar al cuerpo industrial de la ciudad y de la provincia.