Tierra de ladrillos

LA MEMORIA del CES coincide con las reiteradas advertencias del Banco de España y de los más reputados analistas: El modelo económico español no puede sostenerse durante más tiempo sobre el ladrillo y un consumo interno cada vez más en entredicho por el excesivo endeudamiento familiar, provocado precisamente porque más de la mitad de las rentas se invierten en ladrillos. Hacen falta industrias competitivas, y eso sólo se consigue con investigación para desarrollar productos y servicios innovadores que los chinos no puedan ofrecer por la mitad del precio, y con incrementos de productividad por la vía de la formación y la incorporación de tecnologías punteras, y no por la del recorte de costes salariales, porque en eso, otra vez, nos ganan de calle los chinos. Al margen de los pufos, que los hubo a paladas, la hasta hace poco dorada Antibióticos es hoy víctima de este panorama, y la solución de desarrollar nuevos productos competitivos, que se encarnó en Vitatene, acabó siendo un fraude manifiesto que costó millones de euros a las arcas de la Junta de Castilla y León. En una ciudad de constructores y comerciantes, de ladrillo y consumo interno, la esperanza está ahora puesta en el Instituto Nacional de las Tecnologías de la Comunicación, el Inteco, que antes de nacer ya ha atraído la sede de Imagenio, la televisión digital de Telefónica. Pero los responsables del proyecto, que ayer visitaron León, siguen sin concretar el contenido del Inteco y su capacidad de atracción de proyectos innovadores, y la gente se impacienta.