LA VELETA
Otro portazo del PP
AUNQUE no es habitual, la ministra de Educación, María Jesús San Segundo, ha presentado las cuentas de la reforma educativa del Gobierno, estimando su coste en 6.000 millones de euros, equivalentes a un billón de las abolidas pesetas. Los políticos gustan de emprender todo tipo de reformas, pero se olvidan generalmente de precisar lo que va a tener que pagar por ellas el ciudadano. En este caso, San Segundo ha hecho un esfuerzo contable y adelantado una cifra. Debe añadirse inmediatamente que esa cifra no gusta a nadie, a unos porque les parece exigua, y a otros porque ignoran de dónde van a salir los euros. Salgan de donde salgan, el Estado aportaría el 60% de la financiación de la reforma educativa, y las comunidades autónomas el 40% restante. Se reunió ayer la Conferencia Sectorial de Educación, en la que ministra expuso a los consejeros autonómicos del ramo el borrador de los números. Se trataba de abrir un debate sobre posiciones y criterios, pero los consejeros del PP, excepto el de Navarra, se marcharon dando un portazo a la media hora porque, además de insuficiente, la financiación que exponía San Segundo les parecía una mentira. El Gobierno engaña a los españoles, precisaron. Lleva el PP su oposición al Gobierno socialista a todos los terrenos de la política, interior y exterior, por lo que la educación preuniversitaria no se salva de la refriega, y como el asunto no está ahora en el parlamento, los consejeros 'populares' convirtieron ayer una conferencia sectorial en el escenario de una escaramuza, del portazo a la ministra. Pero la reunión siguió con la ausencia de los que se habían escurrido, y San Segundo percibió que a todas las comunidades, incluso de signo socialista, parecía haberles hecho la boca un fraile, por lo que pedían y pedían, pareciéndoles poco un billón de pesetas. Produce honda satisfacción social el hecho de que la educación empiece a ser uno de los destinos más deseados para las inversiones presupuestarias, tras siglos de total abandono de la enseñanza pública, y de un esfuerzo notable en las tres últimas décadas por parte del Estado, pero esfuerzo que aún se antoja insuficiente. La ministra San Segundo intentaba suavizar ayer el portazo del PP, diciendo que las aguas volverán seguramente a su cauce, no sin recordar a los consejeros «populares» que son parte activa del mundo de la enseñanza, por lo que deben tener lealtad a los alumnos de sus respectivas autonomías. No es malo que en el terreno, tantos siglos baldíos, de la Educación pública se produzca confrontación política, enriquecedora si no se inspira en mezquinos intereses partidistas, de los que nadie es inocente.