Ateología

HAY BARULLO en las universidades por el tema de las titulaciones, sobre todo en humanidades, con globos sonda que van desde la posible extinción de historia del arte al establecimiento de filologías de tipo localista (catalana, pachueza, bable, vasca y caló , entre otras). El debate abierto ha llevado a varios intelectuales izquierdosos y anticristos a proponer el título de ateología, contando con el laicismo que cobra fuerza entre las huestes de Bambi de León, presidente odiado por los meapilas hispanos. Los pensadores malditos, seductores de esta degenerada cuadrilla de ateos, son: Voltaire, el que definiera la religión como opio del pueblo, y Nietzsche que, en su maligno Ecce Homo, escribió la frase de: -La noción de Dios ha sido inventada como antítesis de la vida. Las asignaturas propuestas que, sin duda, serán mal recibidas por las religiones monoteístas (judaísmo, cristianismo e islamismo), me parecen muy majas. Tenemos la cuerpolatría, forma epicúrea de mejorar anatomía y sexualidad, lejos de considerarlas vicio nefando, castigable con ayuno, cilicio y represión. También el terrenalismo que auspicia valorar lo presente y olvidarse de fantasmagóricas promesas de vida eterna en el más allá, remoto refugio del paraíso y el jardín de las huríes, solfas para no gozar cada segundo de la vida. Otros créditos que escandalizarán al clero son los de la laicidad, tema que aboga por dejar las decisiones de eutanasia, aborto y suicidio al libre albedrío, sin el carácter antisocial y demoníaco que ahora las envuelve. Seguro que también levanta ampollas la asignatura de idolopatías, intento de explicar como determinadas imágenes provocan enfermedades delirantes, caso de la virgen del Rocío, inductora de miles de almonteños que saltan la valla al amanecer, o San Fermín, destinatario de cánticos con periódico antes de soltar a los cornúpetas enfurecidos por las calles de Pamplona. En cuanto el rector Ángel Penas la implante en la Universidad de León, me matriculo.