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Publicado por
FEDERICO ABASCAL
León

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EL PP, por medio de Fraga, adelantó unos meses las elecciones gallegas para ganarlas. Se trataba obviamente de ganarlas por mayoría absoluta, única forma de que los populares no perdieran la región que llevaban cuatro legislaturas considerando suya. Hasta el próximo lunes no se sabrá con certeza si la Xunta de Galicia cambia de manos, es decir, si el PP se desprende o no de su perla atlántica. Se sabía de antemano que el PP iba a ganar en votos y escaños, por lo que esa victoria, si no alcanzase la cada vez más imprevisible mayoría absoluta, podría calificarse de derrota, aunque el secretario general del PP, Ángel Acebes, se interpretase a sí mismo en la noche electoral para subrayar la distancia aritmética, en escaños y votos, que separa en Galicia a los socialistas de los «populares», a favor de éstos. En la última fase de la campaña, Fraga llegó a pedir clemencia a los electores y algo así como un voto de gratitud y de misericordia. El electorado le ha respondido con largueza, pero lejos de la prodigalidad de otras ocasiones. Ha sido una campaña algo confusa, con Fraga sembrando miedo porque una coalición entre los socialistas y el BNG llevaría el terror a Galicia, aunque luego cedió el presidente todo el protagonismo a Rajoy, quien se afincó en la campaña y hasta se apostó a sí mismo en el resultado de las urnas. Si no se apostaba a sí mismo, en un rasgo de generosidad política que el PP acabará valorando, Rajoy no hubiera apostado nada, porque nada tenía de más valor que él en su partido. ¿Y ha ganado?. Todo dependerá de la lectura sin repliegues que se haga en los despachos de Génoca 13 del resultado final, si los votos emigrantes no concedieran al PP el escaño que en Pontevedra seguirá bailando hasta el lunes. En los despachos de Génova se almacena mucha responsabilidad por el adelanto electoral en Galicia, ya que algunos dirigentes populares vieron en la fuga de Beiras sin violín ni orquesta del BNGa una oportunidad de salvar los muebles, junto a un supuesto respingo de Fraga en los sondeos quincenales de trámite que encargan y reciben los partidos. Y si la fuga de Beiras ha dañado al Bloque, el bajo perfil del candidato socialista, Pérez Touriño, habría beneficiado al socialismo gallego. No puede negarse que el suelo electoral del PP es muy firme, y que el hecho de quedarse a un solo escaño de la mayoría absoluta si es que no la alcanzase, además de un drama, que lo sería, es un resultado notablemente honroso. Del que Rajoy podría enorgullecerse por su esfuerzo electoral, recitando en la campaña todos los errores que viene atribuyendo a Zapatero, y que la gente empieza a saberse de memoria.

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