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EL BALCÓN DEL PUEBLO

De la política a la fiesta

Publicado por
JUAN F. PÉREZ CHENCHO
León

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LOS REPRESENTANTES de todas las asociaciones de víctimas del terrorismo pasaron anteayer por La Moncloa. Por separado. La primera en hacerlo fue la AVT, que es la mayoritaria y encabeza Francisco José Alcaraz. Tal y como era previsible, más que un encuentro fue la escenificación del desencuentro. Alcaraz reiteró la petición de dimisión del Alto Comisionado, Gregorio Peces Barba. Y al salir de la reunión, una vez más, se permitió dudar de las intenciones del Gobierno y de su presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, porque «no le respondió a sus preguntas». Esta asociación ya lleva convocadas dos manifestaciones en lo que va de año contra el Gobierno. Desde que la dirige el nuevo presidente, parece que pretende ejercer de controlador del Ejecutivo por encima del Parlamento, y además, dirigir también la política antiterrorista del Gobierno. Algo completamente absurdo, sea una o lo fueran todas las asociaciones de víctimas del terrorismo las que lo manifestaran. En una democracia el Gobierno responde de su gestión ante el Parlamento, donde radica la soberanía popular. En el último debate sobre el estado de la nación, la mayoría del Parlamento respaldó la política antiterrorista del Gobierno. Le dio una ligitimidad democrática que no se destruye con insidias, sospechas y tergiversaciones. Algo sí está quedando claro: con Alcaraz de presidente, la AVT es una pieza más de la estrategia política del Partido Popular. Lo sostengo con la misma firmeza que no comparto la sentencia de la Audiencia Nacional contra los jóvenes cachorros vascos de Jarrai o como ahora se llamen. Son la rama juvenil de Batasuna, y por ende, de Eta. ¿Acaso la quema de autobuses, la lluvia de fuego de «cocteles molotov» contra bienes y personas o la guerrrilla urbana no es terrorismo?. Inicialmente esta muchachada se ha ido de rositas. Como angelotes díscolos. Pero el fallo de una sentencia siempre puede ser corregida por la instancia superior. Quien fuera decano de los jueces leoneses y presidente de la Audiencia Provincial, con el que tuve la fortuna de colaborar, me inculcó el principio de la buena fe del juez a la hora de dictar sentencia. Él sostiene que bajo las togas está redactado el imperio de la buena fe. Pueden equivocarse, sí, pero para eso están previstos los recursos ante los tribunales superiores. Pero, bueno, León entra en los días centrales de sus fiestas. Dejemos los temas áridos para otra ocasión. Ayer se celebraba en el Palacio de Fuensaldaña el debate anual sobre el estado de la Comunidad. Hoy echará el cerrojo tras medir con lupa las resoluciones finales. Y también en Vitoria se representaba la sesión de investidura del lendakari, con Ibarretxe y Patxi López como candidatos. Habrá continuidad, seguro. Dos asuntos de gran relevancia política que estarán solventados antes que arda la falla en honor al Quijote que espera su inmolación en la campa de la Junta. La víspera de San Juan es como el culto al fuego. Antes se estrenará la feria taurina «¡en la plaza más bonita de España!»: cubierta y climatizada, como reza el eslogan empresarial, aunque los abanicos se muevan en los tendidos como alas de palomas. Olviden, si pueden, las preocupaciones y entréguense a la fiesta.