Palo y zanahoria

TODOS los sindicatos agrarios, la Junta de Castilla y León y el Gobierno de la nación han manifestado su rechazo a la propuesta de la comisión europea para reformar la OCM del azúcar, y en consecuencia, también el mercado de la remolacha. La propuesta de la comisaria, de cuyo nombre no me acuerdo, tiene tres partes: reducción de la producción de remolacha y azúcar, reducción del precio que se paga a los agricultores por tonelada, y grandes indemnizaciones para las industrias azucareras que se cierren y para los cultivadores que renuncien a su cupo de remolacha. Es la trampa del palo y la zanahoria. Pero lo auténticamente importante es que debe garantizarse la continuidad del cultivo en nuestra provincia y en Castilla y León porque es el más rentable que tiene actualmente nuestra agricultura. El más rentable y el más social. La negociación sobre las reformas de la OCM, próxima a comenzar, durará meses. Y seguro que la propuesta de la comisión va a sufrir grandes modificaciones. La posición del Gobierno español es fime y decidida en defensa de los intereses de los agricultores de Castilla y León. Sin embargo, va a hacer falta que esa posición decidida se vea respaldada por la industria azucarera. En León tiene nombre y apellido: Ebro Agrícolas, con su fábrica de La Bañeza, la única que permanece en la provincia, tras los cierres de las azucareras de Santa Elvira, en la capital, y la de Veguellina de Órbigo. Debe quedar muy claro de antemano la firme voluntad de mantener abierta la fábrica bañezana y recibiendo remolacha, y su rechazo absoluto a las compensaciones multimillonarias por el cierre. No sería tolerable que la industria escenifique el título de «Coge el dinero y corre». De la misma manera, los sindicatos agrarios leoneses también han de dejar claro que los cultivadores apuesten por seguir con la producción de remolacha y rechacen las compensaciones por perder sus cupos. Es inexcusable que no exista doble juego: Que por un lado se exija al Gobierno la máxima dureza negociadora, y por otro, se esté preparando para recibir el dinero y cerrar. No habría azúcar suficiente para endulzar ese trago amargo. Si el cultivo de la remolacha es un elemento esencial para la rentabilidad de la agricultura leonesa, otro todavía más importante es el problema del agua. La Cámara Agraria lo recordaba ayer en este mismo periódico en forma de interrogación: «¿Para quién se hizo el pantano de Riaño?». Llevamos meses esperando que la presidenta de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), Helena Caballero, se digne explicar cuándo se va a adjudicar el Canal Bajo de Los Payuelos. Hasta el momento sigue callada como una muerta. Ya va siendo hora que, ante el silencio contumaz, los parlamentarios socialistas y populares por León le pregunten en el Congreso y en el Senado a la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, lo que la presidenta de la CHD se niega a aclarar. A modo de recordatorio: los dos partidos políticos, PP y PSOE, llevaron la propuesta del Canal de Los Payuelos en sus respectivos programas electorales. Cúmplanlos.