Terminó la temporada política

CON DOS IMPORTANTES bombazos, los matrimonios gais y las conclusiones del 11-M, concluyeron los trabajos del Congreso de los Diputados. Se supone que se encontrarán en las playas a los senadores, que no son noticia ni cuando cesan sus tareas. Como ha explicado una crónica política, se van de vacaciones como los malos estudiantes, ya que un sondeo efectuado entre más de mil personas les da una nota media de tan sólo el 2,9, suspendidos en todas las asignaturas: capacidad de diálogo, cercanía a la gente fuera de la campaña, atención a lo que importa a los ciudadanos, honradez, trabajo, credibilidad, desapego al sillón, sinceridad, capacidad de admitir que se equivocan, pensar en los que no le votan... La nota correspondiente al trabajo o a la dedicación es la más alta, y no rebasa el cuatro pelado. También suspenden de largo, con el 2,9, la asignatura de la honradez. Dejan tras de sí los diputados, tras esta primera fase de sesiones del año político, los ecos de dos memorables sesiones que no han concluido del modo que hubiera deseado el PP, ciertamente: las parejas gays ya pueden casarse y adoptar y el Congreso votó que Aznar manipuló el 11-M e infravaloró el terrorismo islamista. Dos decisiones que han suscitado reacciones airadas en la dirección del PP: Rajoy anunciaba que el principal partido de la oposición tiene ahora dos meses para estudiar si presenta recurso de inconstitucionalidad a la ley del matrimonio homosexual, pero la mayor parte de los analistas creen que no dará ese paso, tras comprobarse las tensiones suscitadas entre los propios homosexuales militantes del PP. Y en cuanto a la Comisión del 11-M, ha sido Zaplana el encargado de trasladar a la opinión su discrepancia. El mismo Zaplana que en los días de la tragedia de los trenes de cercanías lo sabía todo y lo declaraba todo al periodista que quisiera oírle, llega ahora a la conclusión de que ahora no se sabe nada de nada, ni quién programó la fecha del atentado, ni por qué, ni quién decidió elegir la fecha del 11-M, tres días antes de las elecciones generales. Los políticos tienen todavía, en otros escenarios, tareas pendientes: en Galicia deben pactar gobierno y repartir consellerías los dos partidos de la izquierda parlamentaria, PSdeG y BNG, y deberán ponerse de acuerdo en su programa. Y mientras tanto, el PP de Galicia deberá afrontar la crisis inevitable que se abre con la pérdida del Gobierno de la Xunta. En Cataluña resultan evidentes las dificultades para cerrar un texto de Estatuto que encaje en el texto constitucional. En Euskadi, la asignatura se llama Batasuna, o cómo hacer que el brazo político de ETA se siente con las restantes fuerzas del Parlamento recientemente renovado. De manera que las vacaciones van por zonas, por áreas, por cámaras, y unas se dan más prisa que otras para estrenar playa, montaña o rutas extranjeras.