AQUÍ Y AHORA
Crispación y esperanza
EL FINAL DE LA TEMPORADA parlamentaria se produce en un clima de gran agitación y de crispación, pero al mismo tiempo de ilusionada esperanza. Nunca los cambios sociales fueron fáciles y beatíficos, pues las fuerzas de la reacción y del ultraconservadurismo jamás están dispuestas a admitirlos sin más. Estamos asistiendo a la última oleada homofóbica, pues a partir de aquí estoy seguro de que el colectivo homosexual va a contar con el apoyo activo de millones de ciudadanos. Crispación también en el Pleno del Congreso, votando que Aznar y su Gobierno mintieron y manipularon el 11-M. Crispación en el caso Trillo, por su intento de volver del revés la realidad, como siempre, hasta provocar la airada respuesta de la cúpula militar por sus falsas imputaciones a los generales en el Yak-42. La ilusionada esperanza viene de la mano de los sustanciales avances en derechos y libertades que se materializan en los cambios legislativos de los últimos días. Las encuestas registran estas realidades. La inmensa mayoría (62%) de los españoles aprueba la ley del matrimonio gay y rechaza la presencia de los obispos en la manifestación homofóbica, y menos de un tercio están en contra de la ley. Después de meses de agitación contra el Gobierno y de una sucesión de manifestaciones callejeras contra el mismo, el PSOE conserva las mejores valoraciones y los seis puntos y medio de ventaja sobre el PP en la intención de voto de los españoles. Datos todos estos que producirán desesperación en el PP y que deberían hacerles reflexionar, aunque ya sé que es un consejo inútil.