Plan de juventud

EN VEZ de las tormentas de verano, que podrían refrescar el rostro de España, que es ya como un océano de cuero, han venido las tormentas políticas. El trasvase de agua del Tajo al Segura, aunque se haga en botijos, no ha gustado a todos. Castilla-La Mancha cree que es desmesurado y Murcia opina que es insuficiente: Un buen acuerdo es el que deja insatisfechas a ambas partes y por eso la ministra de Medio Ambiente, que ya es menos de la mitad por culpa de la sequía, dice que si todos critican la medida es que la decisión ha sido justa. La verdad es que está escampando como nunca. No para de escampar. El día que llueva no nos importará estropearnos los zapatos chapoteando en los charcos. Nos pondremos todos tan contentos como ahora están, con toda la razón, los homosexuales, que desde esta semana podrán contraer entre ellos el sagrado vínculo del matrimonio y comprobar el grado de felicidad que permite. La manifestación del Orgullo Gay fue, lógicamente, un gran acontecimiento para ese numeroso colectivo. Los organizadores esperaban que acudan millón y medio de personas. No se si realmente hubo tantas. Zerolo al poder. Algunos prelados y algunos señores normales ponen en duda la constitucionalidad de la ley, pero si hace felices a tal cantidad de personas no puede ponerse en duda que es excelente. No ocurre lo mismo con el Plan de Juventud, que acaba de ser aprobado por el Gobierno. La oposición lo ha recibido con críticas y de los nueve millones y medio de jóvenes que forman la sociedad española no hemos visto a ninguno dando saltos de alegría por la calle. El Ejecutivo destinará este año 2.300 millones de euros a vivienda, empleo y formación de los muchachos y las muchachas. Mucho dinero, ya que el divino tesoro de la juventud no sirve para comprar nada, ni siquiera para adquirir uno de esos minipisos que obligan, en el caso de tener un invitado, a sacar la bombona de butano a la escalera. Se dice que nunca llueve a gusto de todos, pero ahora lo que ocurre es que no llueve. Con lo mucho que nos gustaría.