Diario de León

TRIBUNA

Laciana: casualidades y especulaciones

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VÍCTOR DEL REGUERO
León

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HACE UNOS días, la alcaldesa del Ayuntamiento de Villablino, Ana Luisa Durán, suscribió un convenio de colaboración con el presidente de Minero Siderúrgica de Ponferrada, Victorino Alonso. Convenio de colaboración que ha provocado una auténtica batahola en la comarca, ya que no han sido pocos los sectores en posicionarse en contra con argumentos sólidos y consecuentes. Entiéndase como tal escandalera no sólo la protesta de los sectores ecologistas o conservacionistas, sino que numerosos vecinos han hecho constar su protesta en los medios de comunicación o en conversaciones más o menos conocidas, mientras en el edificio consistorial han aparecido pintadas -borradas con una celeridad sorprendente- y en las calles se han expuesto varios manifiestos. Incluso la ejecutiva local del PSOE se ha posicionado en contra del convenio, ya que ha estado desmarcada totalmente de la firma del mismo y ha llegado a desautorizar a la alcaldesa a actuar en nombre del partido. La respuesta de los secretarios provincial y autonómico del PSOE, Miguel Martínez y Ángel Villalba -presentes ambos en la firma del acuerdo, en gran camaradería con Victorino Alonso-, ha sido la de cesar a los quince miembros de la ejecutiva y abrirles un expediente sancionador, nombrando a una comisión gestora provisional. El convenio viene a confirmar lo que ya se sabía de antemano: que el PSOE, y más directamente Ana Luisa Durán, con la colaboración de Ángel Villalba y Miguel Martínez, está dispuesto a seguir concediendo explotaciones a cielo abierto en la comarca, pese a los sucesivos incumplimientos de la legislación y de los compromisos adquiridos que se han venido produciendo por parte de MSP en los últimos años. Pero la explicación es clara. Victorino Alonso cede gratuitamente al Estado la antigua central térmica de Ponferrada para que el Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, pueda ubicar en ella una de sus promesas electorales estrella en El Bierzo: el Museo de la Energía. Algo que, pese a lo dicho por algunos, en nada beneficia a Laciana. Y vuelven las especulaciones fundadas. El Ayuntamiento de Villablino se compromete a otorgar a la empresa MSP las cinco licencias de actividad para las explotaciones de Rodeviejas, Felisa, Chabiadas, Buxionte y ampliación de El Feixolín, a cambio de una cantidad que, a primera vista, parece mareante: 1.753.795 euros (aproximadamente, 292 millones de pesetas). Una cantidad ridícula al lado del estropicio producido en cada hectárea de monte: 2.611 euros, que irán a parar a las arcas de las juntas vecinales correspondientes, sin que luego, en muchos casos, se sepa qué pasa o dónde van a parar esos fondos. Otra vez, especulaciones fundadas y hasta razonables. Aparte de esas compensaciones, la colaboración de MSP en el proyecto del tren turístico Ponferrada-Villablino, de la que no se concreta nada. Escandaloso, cuanto menos, es el apartado que contempla que MSP matriculará todos sus vehículos en el municipio, cuando debería estar obligada a hacerlo con convenio o sin él. Pero más escandaloso resulta aún que sea precisa una modificación de las ordenanzas para que así sea, con unos precios «competitivos». Igual de impúdica es la cesión de «aquellos inmuebles e instalaciones que no siendo ya útiles para la actividad minera puedan, sin embargo, ser objeto de interés público». Léase por tal, por ejemplo, el Pozo María, donde se hará un Museo Morfológico. Otra falacia. Esta instalación se encuentra abandonada desde hace cinco años y es ya una ruina, como pudimos comprobar dos personas que accedimos a él hace unos meses. El castillete presenta un grado de oxidación considerable y el pozo está inundado y sellado; está ahí, para ver. La Junta Vecinal de Caboalles de Abajo adquiere especial protagonismo en el convenio y es de suponer que las otras entidades locales afectadas se sientan menospreciadas o subestimadas ante semejante acto. Mientras a esta localidad se le conceden todo tipo de beneficios, los más significativos numerosas obras y hasta 50 puestos de trabajo en empresas auxiliares «como mínimo» para los vecinos, a otras no se les ofrece más que una simple cantidad económica. Cantidad económica cuya proporción es irrisoria al lado de la que el empresario obtendrá con la explotación que ahora requiere. Pero este punto tiene una explicación clara. La Junta Vecinal de Caboalles de Abajo denunció, hace unos tres años, a la empresa MSP por lo que consideraba una injusticia y una ilegalidad en toda regla, la explotación de Fonfría. Naturalmente, con la razón de su lado. Sorprende el hecho de que el alcalde pedáneo haya convocado varios concejos para convencer a los vecinos de que es precisa una negociación con la empresa, y que estos le hayan dado un no rotundo en todos ellos. Pero sorprende aún más que la propia alcaldesa acuda a alguno de ellos para ayudarle en su apurada tarea. Si analizamos la opinión de la Junta Vecinal hace sólo unos meses, el pasado noviembre, cuando se calificaba la explotación de Fonfría de «ilegal, por carecer de soporte legal que la ampare», todo siguen siendo sorpresas. Y vuelven, una vez más, las casualidades y las especulaciones fundadas. Los convenios precedentes son temerarios. Hace unos años, en 2001, Ayuntamiento de Villablino y MSP suscribían un convenio idéntico al de hace unos días mediante el cual el consistorio se comprometía a otorgar las licencias para las explotaciones de Fonfría (Caboalles de Abajo-Orallo), actualmente en actividad, y Ladrones (Villaseca-Villar de Santiago), a punto de iniciarse pese a toda indicación al equipo de gobierno para no conceder la licencia. La promesa estelar del convenio en cuestión, la inversión de 30 millones de euros en la creación de empresas alternativas en la zona. Nadie sabe, nadie contesta. Hace tres años, Juan Antonio Martín, director técnico de MSP, justificaba lo injustificable: que, tras un año, sólo se habían presentado dos proyectos para una fundición y una industria textil, ambos inviables desde el punto de vista de no se sabe quién, y que ésa era la razón por la que no se había invertido ni un euro de lo prometido. El crecimiento económico de Laciana, desde su punto de vista, resulta ser «una banqueta con tres patas: la minería del carbón, el desarrollo de las infraestructuras y la aceleración del cambio cultural». Otra falacia. En los últimos años, MSP ha cerrado todos sus grupos a excepción del Pozo Calderón, y ha reducido más de un 200% su plantilla con respecto a 1998 -1.958 trabajadores en ese año, 619 hoy-, año de inicio del Plan del Carbón que recogía la recolocación de cuatro mineros por cada once prejubilaciones. La banqueta se queda coja, al menos de una de las patas. Y vuelven las especulaciones fundadas. En unos días deberá celebrarse un pleno, solicitado por los dos grupos de la oposición, PP e IU, para debatir el acuerdo. Quiero pensar que ambos grupos lo han solicitado con el fin de no ratificarlo, y que así sucederá. Los lacianiegos debemos expresar nuestro total rechazo al convenio suscrito a espaldas de todos ante los representantes públicos, en especial la alcaldesa, y así lo vamos a hacer. De no aprobarse el convenio, cosa muy probable, Ana Luisa Durán debería replantearse su actividad pública y el cargo que ostenta. Y darse cuenta de que lo único que ha hecho ha sido el ridículo y dar pie a más especulaciones de las que ya había. A fin de cuentas, con amigos como Villalba, Martínez y Alonso, necesita pocos enemigos.

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