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Publicado por
JOSÉ CAVERO
León

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CUANDO EN EL PP se felicitaban de haber sabido o podido sortear con bastante fortuna un final de curso político nada feliz, con muchos goles encajados en portería propia, se abre un debate que nadie esperaba y nadie desea. O tal vez sí. Acaso Piqué haya abierto el debate que la mayor parte ha querido evitar y ha logrado evitar hasta el momento, salvo en los análisis políticos de muchos periodistas, a quienes desde el primer momento del mandato Piqué ha repugnado que compartieran sus puestos de mayor responsabilidad dos elementos perfectamente calcinados en la etapa anterior del Gobierno Aznar. No hubo tal ventaja electoral, sino todo lo contrario, y muchos pensamos que Acebes y Zaplana, con el propio Aznar, o como el mencionado Trillo, debieran haber sido retirados de la circulación por haber quedado definitivamente inutilizados para posteriores servicios. La mala fortuna los acompañó y hasta se cebó en ellos, pero son, con toda evidencia, la mayor representación del pasado para un PP que, se supone, pretende despegar hacia el futuro. Claro que también Rajoy es pasado en el PP. Y lo es el mismísimo Piqué, ex ministro de varias asignaturas en los Gobiernos de Aznar, por más que en las actuales circunstancias se vea en la necesidad de verse aceptado por la clase política catalana, en la que el PP no encaja ni tiene lugar como partido españolista y conservador, e incluso ultraconservador, e incluso antinacionalista, como ha sido tradicionalmente el PP. Pues bien, este Piqué, cuyo apoyo al Estatuto en elaboración buscan todas las fuerzas catalanas, ha mirado al interior de sus propias siglas para reflexionar acerca del cambio de rumbo que debiera decidir Rajoy al frente del principal partido de la oposición. Tal presión ejercieron Acebes y Zaplana pellizcados por el alfilerazo de Piqué que Rajoy se vio urgido a intervenir en la controversia desde Singapur, nada menos, para poner paz y amainar las aguas en la dirección del partido con un comunicado en el que reitera su firme e inquebrantable apoyo a sus dos más constantes colaboradores en la dirección del partido. ¿Y ya está resuelta toda la cuestión? Ni mucho menos. La cabeza de Acebes y Zaplana seguirá siendo reclamada desde muchos otros puntos del PP, con toda certeza. Aunque, por lo menos de momento, hayan quedado reforzados en sus correspondientes posiciones. Por lo menos habrá ganado posiciones Piqué, de quien dicen algunos de sus compañeros de partido que parece estar reclamando para sí alguna competencia más en los órganos de dirección del partido. Aunque también él sea «un recuerdo del pasado». Del PP de antes. Que es el único que hay.