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Publicado por
ENRIQUE JAVIER DÍEZ GUTIÉRREZ
León

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EL PRINCIPAL TRATADO internacional que determina las reglas de propiedad intelectual es el Acuerdo de los Aspectos Relacionados con el Comercio y los Derechos de Propiedad Intelectual (TRIPS por sus siglas en inglés), introducido en la OMC en 1995. Privatiza el saber humano y lo pone al servicio de los beneficios empresariales. El TRIPS sigue intensificando la monopolización del conocimiento y profundizando las diferencias entre ricos y pobres, porque privilegia el interés de las grandes empresas en detrimento del interés público. Desde la antigua Grecia, los científicos y las científicas han considerado que el conocimiento era patrimonio de la humanidad. Podían ganar dinero de sus descubrimientos, pero no era ésa su principal motivación, sino satisfacer su curiosidad, contribuir a la sociedad y lograr el reconocimiento de sus semejantes. Para ello se apresuraban a publicar sus teorías y experimentos, poniéndolas a disposición de sus colegas, que las podían emplear para profundizar en el tema y hacer nuevos descubrimientos. Hoy el copyrigh t lo controla todo, casi todo, y cada día más, hasta extremos que han llegado a ser absurdos. El pasado verano los irlandeses celebraban en la calles de Dublín el centenario del Bloomsday. Era otro 16 de junio en el que se festeja la famosa obra Ulises, del escritor James Joyce. Pero los festejos estuvieron a punto de aguarse. Un nieto del escritor prohibió que se hicieran lecturas públicas de las obras de su abuelo, salvo que le pagasen considerables sumas de dinero. La ley de copyright lo amparaba en su demanda. Hasta ese extremo hemos llegado. Ante esta situación, el movimiento del copyleft , que defiende la flexibilización de las leyes de propiedad intelectual, ha lanzado una alternativa a esta progresiva apropiación de la cultura. Un término que puede resultar extraño a primera vista, el copyleft, se carga de sentido colocado lado a lado con su antagonista, el copyright . Porque de eso se trata, de un retruécano o juego de palabras que busca subvertir las reglas de la apropiación de la cultura y poner lo que está al derecho ( right ) en las leyes de propiedad intelectual del revés ( left ). Si copyright significa con derecho (sobre una obra), copyleft, significa dejar copiar (la obra), pues left es el participio de leave (dejar). Básicamente consiste en creer que toda la información útil, que sirva para ayudar a comprender cómo funciona el mundo, debe ser libre y accesible para todos y todas, y que se debe usar el conocimiento ya disponible para crear más conocimiento. Son dos visiones enfrentadas sobre qué es la cultura, quién es importante en ella (el autor o la autora, el usuario o la usuaria o la cuenta de ingresos), y cómo deben distribuirse y usarse las obras de creación. En esta batalla , de un lado se encuentran las grandes empresas guardando celosamente sus intereses económicos y del otro están creadores y creadoras, programadores y programadoras y consumidores y consumidoras que apoyan la utilización libre del ciberespacio y defienden la libertad de intercambio de ideas y obras. Inicialmente los programadores y las programadoras se ayudaban entre sí compartiendo el código que escribían. Sin embargo, poco a poco las empresas decidieron convertir los programas informáticos en un producto comercial y prohibir su libre copia y modificación. Richard Matthew Stallman, del Laboratorio de Inteligencia Artificial del MIT (Massachusetts Institute of Technology), se planteó crear una comunidad, en la que compartir y ayudar a los demás no fuera ilegal. Para ello decidió escribir un nuevo sistema operativo completo, compatible con Unix (un potente sistema) pero libre para todos y todas. Bautizó a su proyecto como GNU (GNU is Not Unís). En 1985 publicó el Manifiesto GNU , que define y explica sus objetivos y motivaciones, y poco tiempo después fundó la organización sin ánimo de lucro Free Software Foundation (Fundación para el Software Libre) para coordinar el proyecto. Acuñó a mediados de los ochenta el concepto de copyleft (izquierdos de autor/a) plasmado en una licencia denominada GPL (General Public License), baluarte legal del movimiento. La GPL dice que un autor o una autora que distribuyan sus programas de software con esa licencia permite a las personas usuarias que lo copien, modifiquen y distribuyan -e incluso lo vendan- libremente. En el fondo de este primer copyleft está la idea de que cualquier persona podía intervenir en los programas, mejorarlos, y aportar los productos de su creatividad al bien común. La experiencia ha demostrado además que esta metodología no sólo es preferible éticamente, sino que además produce mejores programas desde un punto de vista técnico. En 1991, el estudiante finlandés Linus Benedict Torvalds decidió enviar un mensaje a Internet informando de un proyecto de creación de un sistema operativo (que se llamó Linux), poniéndolo a disposición de quien quisiera jugar con él, y solicitando la ayuda de todo el que quisiera colaborar. Linus no tardó en adoptar la licencia GPL, y al unir su núcleo con las herramientas del proyecto GNU, se obtuvo finalmente un sistema operativo funcional totalmente libre, que se conoce como GNU/Linux y que hoy usan millones de personas en todo el mundo. Con Lula da Silva, Brasil se ha convertido en un fortín del movimiento del software libre. Con el objetivo de ahorrar millones de dólares en derechos de autor y cuotas de licencia, los ministerios del gobierno y las empresas estatales han pasado de los costosos programas de Microsoft y otros a los sistemas de código abierto y gratuito, como Linux. Además se exigir a cualquier empresa o instituto de investigación que reciba subvención gubernamental para desarrollar software que lo patente como fuente abierta, lo que significa que el código básico del software debe ser gratuito para todos. Y en el programa llamado PC Conectado, dirigido a ayudar a millones de brasileños con bajos ingresos a comprar su primer ordenador, el programa ofrecería ordenadores sólo con software gratuito. «No vamos a gastar el dinero del contribuyente en un programa para que Microsoft pueda consolidar más aún su monopolio» ha dicho Sérgio Amadeu, presidente del Instituto Nacional de Tecnología de la Información de Brasil. La Comunidad de Castilla-La Mancha ha diseñado una estrategia similar, creando el Linex. ¿Por qué en León no podemos apostar por una solución en esta línea? ¿Por qué nuestra universidad sigue gastando ingente presupuesto público financiando a Microsoft y a grandes multinacionales que únicamente persiguen mayores beneficios privados? La apuesta por sistemas como el GNU/Linux implica, en primer lugar, una vía para que las instituciones públicas y todas las personas usuarias en general puedan liberar recursos económicos anteriormente destinados a la compra de programas informáticos. Los presupuestos se pueden dedicar a la compra de equipamientos informáticos que, en este caso, no se ven forzados a los cortos ciclos de vida que imponen las continuas nuevas versiones del software propietario. Además, GNU/Linux tiene mayor coherencia ética para aquellas personas y organizaciones que apuestan por la participación social y la solidaridad, al basarse en una comunidad mundial de programadores y programadoras informáticos que comparten sus conocimientos para la mejora del sistema, como un modo de creación colectiva y de generación de espacios de libertad. Es este el camino que ha de emprenderse en León, en vez de seguir financiando empresas que se nos «deslocalizan» una vez que han conseguido las subvenciones públicas pertinentes. 1397124194