Cerrar
Publicado por
FERNANDO ONEGA
León

Creado:

Actualizado:

SIENTO escribir esto, pero hay dirigentes políticos que sólo parecen reaccionar ante el terrorismo cuando son golpeados directamente. Pienso en Tony Blair y en las iniciativas políticas que su gobierno se dispone a plantear a Europa. El terrorismo islamista no surgió en esas acciones criminales, como sabemos muy bien en Madrid. Es un fenómeno y una amenaza mundial, sobre todo desde que existe una organización llamada Al Qaeda. Y hay países que saben que tarde o temprano serán sus víctimas. Sin embargo, hizo falta la masacre de Londres para que el señor Blair sintiera la necesidad de dar un paso al frente en Europa, y no sólo participando en la invasión de Irak. De esta forma, su presidencia de turno de la Unión Europea cambiará de prioridad. Hasta el día 7 de julio era la Europa social. A partir de esa fecha trágica, será la lucha contra el terror organizado. Blair planteará a los demás miembros de la Unión una cooperación más intensa. Entre sus iniciativas quizá figure la posibilidad de controlar las llamadas telefónicas, los mensajes SMS y los correos electrónicos. Se propondrá que las compañías de comunicaciones mantengan al menos un año sus soportes para que puedan ser analizados por la policía en sus investigaciones. Ante esa iniciativa, ya se ha puesto en marcha el debate de siempre: el que trata de enfrentar seguridad y libertad. Se entiende que esos controles pueden aumentar la sensación de seguridad en la población, pero a costa de la pérdida de libertades. Y algo más sonoro: hay quien dice que el endurecimiento legal es el primer paso para un entendimiento fascistoide del Estado. Frente a esos remilgos, quizá sea preciso recordar: por estas disquisiciones teóricas, tan frecuentes en la vieja Europa, el mundo hoy es más inseguro. Mientras se pensaba que se daban poderes inaceptables a la policía, los terroristas aprovechaban la discusión para organizarse, hacerse internacionales y crear redes capaces de atentar en cualquier lugar. Dicho de otra manera: mientras los puritanos discutían, los criminales pasaban sus fardos de dinamita por delante de sus narices. ¿Va a ocurrirnos ahora lo mismo? Pues hay indicios de que sí. Ya se han escrito los primeros artículos denunciando la «reaparición del fascismo». Ya empiezan también los recelos -como los expresados en las primeras líneas de esta crónica- frente a quien asume el liderazgo de la lucha. Y todo esto se irá agudizando a medida que Londres quede lejos en la memoria, como queda lejos Madrid. Cuando nos queramos dar cuenta, vendrá otro atentado. Y habrá quien se siga debatiendo entre libertad y seguridad. Sólo unas personas no podrán participar en ese debate: las víctimas de los futuros atentados.

Cargando contenidos...