Cerrar
Publicado por
B. CABEZAS GONZÁLEZ-HALLER
León

Creado:

Actualizado:

VISIBLEMENTE son los globalizados sensibles, los que levantan la voz contra el abuso de los globalizadores. Pero, de hecho, son los globalizadores -el club de los ricos- los que se oponen, por supuesto a puerta cerrada, a un mundo normalizado. Los globalizados hacen manifestaciones cada vez que se unen el club de ricos ( G-8) para afinar en las estrategias y continuar siendo más ricos. Los que se manifiestan son muchos, pero insuficientes y tienen la policía en contra. Podemos decir: la manifestación pacifica en Inglaterra no resulto pacifica porque intervino la policía. Es difícil que no haya agitadores que estén en contra de las manifestaciones pacificas y provoquen la intervención de la policía, con el fin de quitarle el valor a la manifestación. Estas protestas, que me parecen bien, encierran paradojas: piden a los ricos que acaben con la pobreza del mundo pobre, cuando en realidad son ricos a costa de aprovecharse de la gente de los países pobres y de los pobres de los países ricos (en los países ricos hay mucho pobres y pocos ricos. Se deben considerar pobres todos los que tengan menos de 1000 euros de ingresos mensuales y muy pobres el resto. Que los gobernantes de turno de los países ricos hablen de ayudar a los países pobres, es como echar agua al mar con un cubo, puesto que dicen que ayudan y seguirán haciendo lo mismo. Las palabras de esa gente ya hace mucho que son falsas. Hay que explicar las causas de la pobreza: La mayoría de gobernantes de los países empobrecidos también forman parte de los hombres más ricos del mundo y depositan sus fortunas en los bancos de los países enriquecidos o en paraíso fiscales protegidos por los ricos. Está demostrado: los gobernantes de los países ricos dan préstamos, a cuenta de los ciudadanos, a los gobernantes de los países pobres, generalmente corruptos, para hacer obras que hacen empresas multinacionales de los países que aportan el dinero, de tal manera que una parte vuelve al país que lo presta, pero ya privatizado por la empresa; y otra va a parar a la cuenta del gobernante corrupto, que deposita en los bancos o en sus empresas, domiciliadas en los países ricos. Es frecuente constituir empresas en los países ricos, con el dinero de los gobernantes ladrones de los países pobres, para explotar los recursos de los países que gobiernan. Por tanto, pedirles a los ricos que perdonen la deuda o que hagan reparto de la riqueza, aunque sea la única forma que tenemos los pacíficos de manifestarnos, es una ingenuidad. Sólo cabe una solución, obligarles a hacerlo. Los ciudadanos de metro y de autobús tenemos que dejar de vivir en estado psicótico y ampliar nuestra observación si queremos que no nos sigan engañando los listos y los listillos con el apoyo de los tontos. Sabido es que las grandes empresas circulan por todo el universo, con toda la libertad, con toda impunidad, con todo el apoyo de los políticos que están en los gobiernos y con frecuencia de los que han estado y ahora están bien colocados en ellas para hacer tráfico de influencias o para administrar lo que robaron cuando gobernaban (por que omitirlo: abundan los ladrones de cuello blanco). El dinero pasa las fronteras y compra todo lo que vale, y los gobernantes de turno le dan todas las oportunidades. Cuando viene una multinacional a empobrecernos y a destruir empleo, los políticos les conceden todo y nos dicen que vienen a crea puestos de trabajo y a crea riqueza (los políticos de Castilla y León también son especialistas en eso). Precisamente, contra ese abuso del nuevo capitalismo votaron los franceses y los holandeses y no contra la unidad europea. Votaron en contra esa Constitución europea, porque está escrita para beneficiar a los globalizadores que extorsionan a los pequeños comerciantes, a los trabajadores y, en general, a la mayoría de los ciudadanos, puesto que insisten en el ataque a los derechos sociales adquiridos durante dos siglos de lucha y sufrimiento (muchos millones de personas aún trabajan 16 horas diarias, por menos de 100 euros y sin derechos) El capitalismo que cultivan las multinacionales, con el apoyo de los gobernantes, no sólo se apodera de todo lo que da beneficios, sino que elimina las opciones de los nuevos emprendedores, arruina a los pequeños empresarios autóctonos (por ejemplo, los grandes supermercados ya venden en España el 65 % de la alimentación y pronto venderán el 90%). Sí observamos el paisaje comercial de cualquier ciudad española, incluyendo a León, nos daremos cuenta de que la mayoría ya son de firmas multinacionales. Pocos comerciantes autóctonos quedan, porque no pueden resistir la presión. Para que los ciudadanos aceptemos la nueva colonización y dominación, hay que preparar a la gente. Para hacer ese trabajo contratan a psicólogos, sociólogos, economistas, publicistas, todos especializados en la doma, la domesticación y el adiestramiento; y para que no falte nada, compran los medios de comunicación. Se trata de acoplar a la mayoría de los ciudadanos a los intereses del capital. Es un acoplamiento psicótico a los intereses del capital. Las emociones que nos cultiva el sistema político-económico determinan las conductas y la toma de decisiones, y lo hacen en función de la información que recibimos día a día. Elegimos entre lo que nos dan a elegir y nos creemos que somos libres en la elección.. Claro, de esto hablamos algunos investigadores críticos (críticos somos pocos y estamos marginados o mal pagados). Una sociedad tan avanzada -como aseguran- y ya vemos cómo les pagan a los que dan patadas a los balones (Ronaldo o Zidane o Raúl, etcétera; o a los que corren como idiotas en carrera de coches) y cómo les paga a los que trabajan cogiendo tomates o patatas o poniendo ladrillos o cuidando enfermos. En Singapur estaban todos a cuenta nuestra -creo que sobraban muchos-. Para esos entretenedores de la masa ignorante hay mucho dinero, mucho prestigio y mucho placer y casas de 600 metros con salones de 200 y en varios sitios. Para los idiotas pisitos de 40, 60 ó 70 metros a precio alto, y agradecidos. Ni Zapatero, ni Rajoy, ni Cuevas reconocen ésto, todo lo contrario, dicen que hay que trabajar más horas y rendir más para competir. Sólo la cooperación y la solidaridad es obra de personas éticas. La competitividad conduce al disenso y a la guerra. La competitividad entre países, culturas y religiones, nos ha conducido a la guerra y al terrorismo. ¿Quién empezó primero? Nos llenan la cabeza con el fútbol, programas basura. (¿Cuánto gastó el Ayuntamiento de León en fiestas para dar salida a las emociones de la masa, para que nuestras emociones estén centradas en eso y no pensemos?). Con permiso de los inteligentes que ven: la mayoría padecemos la ceguera de los idiotas, nos pasa como a los burros que sacan el agua de la noria, las orejeras no les dejan ver la hierba que crece con el agua que sacan. La murga que nos ha dado Gallardón -y otros- con los Juegos Olímpicos de 2012 es una jugada para entretener a la masa. Mientras la masa se emociona, unos pocos ya están trincando. Las obras continuarán, dice Gallardon, un carca disfrazado de progre. No es difícil disfrazarse.

Cargando contenidos...