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EL BALCÓN DEL PUEBLO

La sombra alargada de Aznar

Publicado por
JUAN F. PÉREZ CHENCHO
León

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JOSÉ MARÍA Aznar, ex presidente del Gobierno, no cesa en su obstinada decisión de teledirigir a Mariano Rajoy, al que tiene rodeado por una guardia pretoriana que encabezan Acebes y Zaplana. De la «A a la Z», como aquella serie prodigiosa de entrevistas que rubricó el genial periodista Pedro Rodríguez. Aznar le marca las directrices políticas desde la FAES, fundación cuyas siglas algunos diseccionan como Falange Española, para mosqueo de los falangistas. Pero no parece satisfecho con ese papel que se ha atribuido, contradiciendo sus pomesas de retirarse de la política. Al contrario, está avalando y poniendo en práctica unas relaciones exteriores en contradición y sabotaje de la política exterior del Gobierno de la nación, del Gobierno de España, que preside el leonés José Luis Rodríguez Zapatero. Ya hace meses que se dedica, con sus amigos de la Administración Bush, a intoxicar y envenenar las relaciones entre España y Estados Unidos. O que intenta mantener relaciones privilegiadas con el Gobierno de Berlusconi. La última operación de este tipo ha sido recibir al presidente del Frente Polisario, Mohamed Abdelaziz. Se digiere mal. En ocho años como inquilino de La Moncloa no compartió ni un minuto de diálogo. Ahora acepta visitar los campamentos de refugiados. Por su trayectoria, ya sabemos que a José María Aznar y a los suyos les i mportan un bledo los saharauis, la sequedad de sus arenales o la tenaz resistencia fronteriza. Incluso que las oleadas de niños se bañen cada verano en piscinas leonesas, acogidos por familias. Son otros colectivos los que hacen posible el milagro. Lo que le interesa realmente es enturbiar las relaciones entre el Gobierno español y el de Marruecos, y provocar la desestabilización con nuestros vecinos del sur, con los que ya tenemos suficientes problemas sin que Aznar los agudice. Las operaciones de Aznar son completamente inútiles, porque hasta un ciego las ve venir a un kilómetro de distancia. Sin embargo, dejan en evidencia su nula talla como estadista y como patriota. Por cierto, ayer un informe del Tribunal de Cuentas asegura que el Gobierno del PP presidido por Aznar malvendió las empresas públicas consideradas como «las joyas de la corona»: Repsol, Red Eléctrica, Iberia y Aceralia, entre otras. El Tribunal de Cuentas rotundiza que el precio que recibió el Estado fue «sensiblemente inferior» a las valoraciones independientes. Como resulta que aquellas empressas quedaron en manos de los amigos de pupitre y de políticos que José María Aznar había colocado de presidentes, el asunto se vuelve más turbio y requiere investigaciones y explicaciones más detalladas todavía. Porque, a lo peor, José Mª Aznar lo que está haciendo en la actualidad es distraernos la atención sobre estos asuntos de su incumbencia. Pero, bueno, hoy vuelve a León el presidente Rodríguez Zapatero. Inaugura los trabajos para abrir el gran estómago de roca de la Cordillera del Cantábrico. Todo lo escrito «ut supra» lo conoce al dedillo. Así que esperamos sus declaraciones sobre el Peit y la incidencia en León.