TRIBUNA
¿Réquiem por el barrio de La Inmaculada?
EL PASADO día 5, con la presencia del señor obispo y de varios sacerdotes, se conmemoró el 50 aniversario de la parroquia. Mucho me temo que esta efeméride haya servido también para entonar un solemne y definitivo Réquiem para una existencia que comenzó por los años 50. Un barrio, segregado en principio del antiguo Valdelamora, que ha pasado a ser Valdeperdida o Valdeolvidada; que, de ser un barrio pobre, se ha convertido en un pobre barrio, con tan sólo dos «negocios», una pequeña tienda de comestibles y un bar, que perdurarán lo que resista la paciencia de sus propietarios; con una antigua escuela en estado ruinoso y abandonada, aunque desde hace años conserva una cartola anunciando su restauración por la Escuela Taller Laquel Lachá en colaboración con el INEM; y un barrio en definitiva que, en una calificación del cincuentenario, no pasa del suspenso más rotundo comparado con el resto que merecen un progresa adecuadamente, un notable o sobresaliente. Soy consciente de que, para todas las corporaciones antes y después de la democracia, sólo representamos un forúnculo urbanístico que molesta y afea al resto de la ciudad, al que han pretendido, pero no se han atrevido, extirpar con el bisturí de los bulldozers. Han preferido esperar a que se consumiera lentamente y fuera desapareciendo por la ignorancia premeditada y la dejadez municipal. Si a ello se añade que no ha sido un feudo para los votos de la derecha, encontramos las claves de su estancamiento. Para los más escépticos, baste recordarles unos datos. Los colectores de aguas sucias y residuales fueron colocados por los propios vecinos en 1968; el agua corriente no llegó hasta 1971; la urbanización de las calles se aprobó en 1980; y la propiedad de las Casas del Aguinaldo se formalizó en 1983. En la actualidad, estamos pendientes del Plan Urbanístico Ventas Oeste que, de aprobarse conforme está previsto, nos dejará definitivamente encajonados. Porque ¡qué casualidad!, mientras se prevé la urbanización de los terrenos que nos rodean, han olvidado incluir en el Plan los que están dentro del barrio manteniendo la categoría de «no urbanizable» totalmente inútiles aunque, eso sí, válidos como tendederos de ropa, vivero de roedores y pasto del fuego en verano. He de manifestar que los vecinos en absoluto nos oponemos a este plan ni a cualquier otro que beneficie a la ciudad. Pretendemos ser equiparados en derechos y obligaciones y con idénticas posibilidades de desarrollo urbanístico y de servicios. Podemos aceptar que se construya un nuevo acceso a los hospitales, aunque se podrían haber estudiado otras alternativas; que el Ayuntamiento consiga pingües beneficios con los terrenos del nuevo aparcamiento. Pero no aceptaremos en modo alguno ser los tontos de la ciudad, a quienes se pretende contentar con unos cuantos arbolitos aligustre japonés, unas nuevas aceras que no se terminan y unas excursioncitas en autocar. Deben pensar, según su experto, que la pobreza es un trastorno socio-patológico propio del homo mente-captus, con antecedentes de trabajo y necesidades. Pues sepan, Sr. alcalde y concejales, que de lo último andamos sobrados y los mentecatos mejor buscarlos en otros pagos de más corbateo y etiqueta. Por ello, deseamos que la Asociación haga propio el sentir de los vecinos y, obviando otros intereses y promesas, exija a la Corporación Municipal las siguientes actuaciones: -Que el mencionado Plan de Urbanismo Ventas Oeste incluya y considere urbanizables todos los terrenos, tanto dentro del barrio como aledaños al mismo, sin exclusión; si en la actualidad legalmente ya no fuera posible, se inicie de inmediato el proceso de recalificación. Si se recalifican los terrenos del Seminario Menor, ¿por qué éstos no merecen la misma consideración? -Que se construya en esta zona el Centro Cívico y Polideportivo ya aprobado y pendiente de ubicación. -Que este Plan de Urbanismo se realice totalmente con una efectiva colaboración y planificación entre Ayuntamiento y propietarios y no quede reducido a una nueva venta de humos y petardos sanjuaneros, es decir, en poco o nada. -Que se rehabilite la antigua escuela dotándola de un verdadero servicio público, sin cesiones a colectivos especiales para asegurar votos. Deseo decir por último a los señores representantes del municipio que el muerto al que pretenden enterrar sigue gozando de buena salud y, mientras muchos de ellos desaparecerán de la política, el barrio seguirá existiendo aún a costa de soportar tanto cabeza cuadrada.