EL BALCÓN DEL PUEBLO
Parpadeo de 35 minutos
NO VINO a poner una dobela, ni la primera piedra, ni nada al uso. Llegó a La Pola de Gordón para decirle a los ingenieros, técnicos y personal auxiliar: inicien el trabajo. Comiencen a taladrar -o sajar, no sarjar, como sabiamente me ha puntualizado un amigo- el estómago de la gran dama que no favorece la comunicación y el desarrollo entre León y Asturias. Inicien su labor de topos mecánicos. Es la obra más importante de ingeniería civil de Europa, «emblemática e histórica», y ejemplo de vertebración territorial. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, acompañado por la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, y del presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, quiso estar presente en el acto de inicio de la excavación de los túneles de Pajares. Son el último escollo de progreso. Una vez que las bocas norte y sur de los túneles se besen, León y Oviedo quedarán conectados por alta velocidad. Casi en un parpadeo, 35 minutos, un leonés podrá tomar el vermú en La Paloma de Oviedo, o un asturiano callos y vino de Pajares en cualquier bar de León. Y, ojo, sin joder los compromisos de agenda. El Ave es el mayor signo de progreso de España. Ya lo he escrito más de una vez, tras un viaje mágico de Madrid a Sevilla. Pero no sólo es un signo de progreso, sino también de cohesión territorial, social y económica. Los datos, a vuela pluma, son éstos: los dos túneles de Pajares tendrán una longitud de 25 kilómetros cada uno. Serán los sextos más largos de Europa y los séptimos del mundo. Presupuesto: 2.313 millones de euros. Una cifra mareante. Y un reto de ingeniería, por vocearlo con tono y timbre de la ministra de Fomento. A Rodríguez Zapatero le ha correspondido el honor de ser líder cuando ha bajado la banderola a cuadros de la carrera para favorecer el desarrollo del noroeste español. Sin embargo, ZP se encargó de poner la guinda al acto. La obra es mérito de todos los gobiernos. El proyecto nació en el año 2000, durante el Gobierno popular de Aznar, y con el intrépido Álvarez Cascos como gran padrino. El ex-ministro habría organizado un festival para celebrarlo. Rodríguez Zapatero es más austero y se ha limitado a decir: Hagan su trabajo y que los dioses les protejan para finalizarlo en el 2009. Es el año previsto para la conexión definitiva con Asturias. Para entonces, los trenes playeros que ofertan mar y cielo en Gijón a los leoneses, serán una reliquia. Una broma del pasado. Pero José Luis Rodríguez Zapatero -mi «amado Zapatero», que dice la derecha leonesa, sin abrir hemerotecas-, cada vez que acude a León trae una hogaza debajo del brazo. Igual que su ministro del Interior, José Antonio Alonso. Ayer se descolgó con la creación de un centro logístico integral en Onzonilla. Anudará los mercados del noroeste con el centro de la Península. Según dijo, «permitirá reforzar la posición estratégica de León» y aglutinará la ordenación y mantenimiento de los trenes, así como el tratamiento de los contenedores. Yo de centros estratégicos sé lo justo. O sea, casi nada. Pero los entendidos me aseguran que es algo extraordinario. Si crea empleo e impulsa la economía de León, de toda la comunidad y de las limítrofes, vaya mi aplauso desde la ignorancia.