Santos y Manasés

FUERON LOS DOS NOMBRES de la jornada de ayer. El primero fue Santos Llamas, el leonés de moda, el empresario que ha roto los tópicos sobre el constructor y que ha lavado la imagen de este gremio. Los economistas advierten cada día de que la economía española no puede seguir basando su crecimiento en el ladrillo, que necesita innovación para competir, y Santos Llamas, que ya regaló a León el sueño de contar con una aerolínea que da vida a su aeropuerto, dedicará junto a otros seis empresarios parte de lo que le dieron los ladrillos a potenciar desde aquí la investigación de primera desde la nueva etapa de la Clínica San Francisco. El otro hombre del día, un hombre hecho y derecho, se llama Manasés y tiene siete años. Por ser menor sale con el rostro difuminado en la fotografía de la página 8 de este periódico, en la que tiende la mano de perdón al oficial de los antidisturbios que llegaron de Valladolid para desahuciar a cuatro de sus vecinos del humilde barrio de La Veguilla. Cuando un policía no supo mantener el temple y se ensañó a golpes con su padre, el chaval no lo dudó y se le echó encima sin importarle tamaño ni armamento. Por lo demás, los de la UPL siguen con su política ficción a cuenta de la reforma del Estatuto, Podrían aprovechar para exigir que los policías que nos peguen a los leoneses no vengan de Valladolid, que eso sí que duele, hombre. Y si no que aprendan del Consejo Comarcal del Bierzo y de la Bierza, que promoverá un taller de boxeo exclusivo para mujeres con el fin de impulsar la igualdad de sexos en este deporte. Esos sí que se pegan con corrección política.