Un debate destructivo
NO SE han librado. En el Reino Unido ha comenzado también el más destructivo de los debates: el que todavía mantenemos aquí sobre la relación entre la guerra de Irak y los atentados islamistas. Blair sostiene que masacre del 7 de julio nada tenía que ver con la guerra de Irak sino que debe contemplarse dentro de la estrategia de un grupo de fanáticos decididos a imponer al mundo su «ideología del mal». Enseguida le han surgido contradictores: un informe presentado el lunes por el Chatham House defiende la relación, por otra parte bastante obvia. Pero ¿qué más da quién acierte en semejante dilema? ¿Acaso puede alguien pensar que la existencia de ese vínculo restaría un ápice de responsabilidad a los fanáticos que cometieron el terrible crimen?