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Publicado por
JOSÉ CAVERO
León

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EL FINAL de la temporada política ha tenido un calentamiento imprevisto y de muchos grados en la tragedia de Guadalajara. El PP, que no olvidará fácilmente hasta qué punto fueron aprovechados para su deterioro de imagen dos sucesos de la envergadura del Prestige y del Yakolev, tampoco quiere perder la ocasión para devolverles la moneda a los socialistas. Como en el caso del Prestige, nos hallamos ante un desastre ecológico espectacular. Como en el caso del Yakolev, el accidente ha estado acompañado de tragedia. Y en los tres casos, es evidente que la opinión pública reclama más y más explicaciones sobre cómo se actuó y se pudo haber actuado para evitar el desastre, el drama y la tragedia. En ese estado de cosas, socialistas y populares tratan de llevar el agua a sus correspondientes molinos y se esfuerzan por culpabilizar al contrario. Los populares insisten en que el caso del incendio forestal de Guadalajara reúne buena parte de las circunstancias de esos dos casos de tan alto coste de imagen empleados en su momento, en beneficio propio, por la oposición socialista. Como en Galicia, también en Guadalajara los máximos responsables estaban en festejos privados, y no se adoptaron las decisiones con la premura que el asunto precisaba. Con el agravante de que se produjo un número muy importante de víctimas mortales, algunas de ellas insuficientemente preparadas para atender un incendio de esas proporciones. ¿Se solicitaron a tiempo las ayudas? ¿Fueron atendidas con la urgencia requerida las ayudas que se reclamaban? Son dos de las cuestiones más veces planteadas. Se da la circunstancia de que el Gobierno que pedía ayuda es socialista, y también lo es el Gobierno al que se pedía auxilio. ¿Cuál de ambos debe pagar esa factura de la responsabilidad última? sa es la cuestión, y a reclamar explicaciones dedican su esfuerzo los populares opositores. En ese clima de excitación y de fin de curso, se han recrudecido los encontronazos parlamentarios crispados, tanto en la Diputación Permanente como en los pasillos del Congreso. En la Diputación Permanente, Manuel Marín trataba de aplacar las iras del PP llamando al orden reiteradamente a los diputados Echániz y Zaplana. En los pasillos ha reaparecido en escena un diputado, Rafael Hernando, con intenciones escasamente pacíficas hacia Rubalcaba. Unos y otros han insistido en que