Derechos históricos

NO ES la historia sino la voluntad de los constituyentes, ratificada por la soberanía popular en referéndum, la fuente de los derechos civiles y políticos de los españoles. Pretender que las libertades no se fundan en el pacto social ni en la inteligencia racionalista de los ciudadanos, es abdicar de la tradición intelectual de Occidente y adentrarse en parajes historicistas que enlazan con viejos etnicismos románticos, según los cuales los pueblos elegidos habrían entronizado sus códigos de conducta espontáneamente. No deja de ser significativo que, al mismo tiempo que reclama el reconocimiento de esos ignotos «derechos históricos», ERC haya pedido al Gobierno, en una carcajeante pirueta, que pida perdón a los rifeños por el uso de armas prohibidas en la guerra de Marruecos, en los años veinte.