Lo de Roquetas

SUCESOS como el de Roquetas de Mar tienen que ser investigados y castigados ejemplarmente, porque en ello nos va no sólo la justicia de los hechos concretos, sino las señas de identidad del Estado de Derecho y del respeto a los ideales de la libertad y de los Derechos Humanos. Y habiendo en España un Gobierno socialista, al que se le debe suponer un importante plus ideológico en materia de ese respeto, las cosas deben hacerse todavía con más rigor y convicción. Que unos guardias civiles, uno de ellos teniente, torturen presuntamente a un ciudadano por haberse negado a la prueba de la alcoholemia y terminen con su vida a golpes y brutalidades, eso es algo intolerable, es un gran escándalo y es un suceso que tiene que ser castigado ejemplarmente por el Estado. Máxime cuando el mencionado teniente parece que unos meses antes había cometido algún otro exceso. La comparecencia parlamentaria del ministro del Interior, solicitada inmediatamente, tiene que servir de vehículo de información exhaustiva de todo lo sucedido y de las medidas adoptadas y que se piensen adoptar para el castigo y prevención de estos sucesos. La Administración socialista está obligada a intentar por todos los medios que en el futuro algo semejante no pueda producirse. Para ello es preciso que toda la escala política y administrativa sea ilustrada al respecto y que los mecanismos de información y de investigación funcionen con la máxima celeridad, garantía y eficacia. Sería de locos que alguien tratase de ocultar o paliar hechos así por un estúpido prurito de preservación de la fama de determinadas personas.