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Publicado por
MANUEL ALCÁNTARA
León

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EMPEZAR las vacaciones es bastante fácil. Lo realmente arduo es continuarlas durante el tiempo previsto, ya que siempre pasan cosas. Ya dijo Albert Camus que hay que tener mucho dinero para ser libre frente al mar. Mucho dinero y alguna suerte. Los actuales gobernantes españoles no tienen demasiada suerte, para nuestra desgracia, y en el agosto «augusto y lento» hay sucesos que interrumpen su no siempre bien ganado descanso. Naturalmente, de eso se aprovecha la airada oposición, que reclama a algunos de sus miembros que den la cara y dejen de descansar, ya que España «no cierra por vacaciones». La verdad es que se han acumulado acontecimientos que exigen rápidas decisiones y aclaraciones. Según Ana Pastor, la actitud de Sanidad ante la crisis del pollo contaminado es de una irresponsabilidad absoluta. Creo que lleva razón. En lo que no la lleva es en darle un plazo de veinticuatro horas al ministerio de Interior, José Antonio Alonso, para que «limpie» la imagen de la Guardia Civil, entre otras cosas porque la imagen de la Guardia Civil, entre otras cosas porque la imagen de la Guardia Civil está limpísima. Todos sabemos que la Benemérita está constituida por gente abnegada y mal pagada. La muerte del agricultor pateado en Roquetas de Mar no puede anular tan larga trayectoria, pero tampoco puede impedir que se hable y se escriba de ella. Hay tontos terminales que creen que no se debe nombrar al temible teniente «Sebastián», ni averiguar nada sobre el linchamiento del cuartel de Roquetas. Están convencidos de que ocultar la salvajada equivale a que no se produjera. Los políticos afectados por lo del pollo y la paliza deberán plegar sus toldos, guardar sus cremas antisolares y dar la cara, aunque esté a medio broncear. Que aprendan del Rey, que ha ido a Riad con corbata negra, para darle el péseme al nuevo monarca de Arabia Saudí. Con el calor que hace.