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Publicado por
B. CABEZAS GONZÁLEZ-HALLER
León

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Cuando algunos políticos se sienten tan seguros de lo que dicen, los ciudadanos tenemos que pensar que estamos inseguros. Ellos lo arreglan todo. Recordemos aquellos momentos de esplendor de Aznar: nos decía todo lo tengo previsto, sé lo que toca en cada momento( lo tenía, según él, apuntado en su cuaderno azul). En la misma línea está Bush y Blair. No es casualidad que los tres se pusieran de acuerdo para meter miedo a la gente con las armas masivas que no existían. Lo que tenía Irak era mucho petróleo. Estos iluminados nos presentaron la necesidad de invadir Irak para acabar con el terrorismo y lo que hicieron fue cultivar el odio y por tanto extender el terrorismo por todo el mundo, especialmente por Europa.. La mayoría del mundo se opuso a la barbaridad de la guerra de Irak porque comprendimos que era un disparate. Nos dijeron que Sadam tenia armas de destrucción masiva y que las podía emplear en 48 horas. Han pasado dos años y los mismos expertos americanos han dicho que todo era mentira. Consecuencia: han destruido un país, han matado a más de cincuenta mil inocentes y han envenenado las conciencias de los islamistas que se consideran mártires y de paso, para vengar la causa, se inmolan y se convierten en terroristas invencibles. Ni la policía ni los servicios de inteligencia ni los ejércitos evitaran las acciones de personas dispuestas a morir. Eso sí, para consolar a los ciudadanos, gastaremos mucho dinero, nos molestaran, nos quitaran libertades y nos escucharan lo que hablamos por teléfono. Por tener un teléfono de un islamista, puede ser detenido y retenido. Hobbes, que avanzo razones para llegar a acuerdos entre los ciudadanos para asegurar la convivencia pacifica, partió de una realidad propia de los hombres egoístas con limitaciones mentales. Según Hobbes, estos hombres disfrutan haciendo daño a los demás, pero no les gusta recibirlo. Y eso no es posible ( también dijo: -el hombre es el lobo del hombre). Creo que Bush y Blair -no nombro a los pegadizos-, cuándo conversaron con tanto entusiasmo para hacer la guerra, paree que pretendía algo de lo que dijo Hobbes. De momento, más de 1500 soldados americanos, más de cincuenta mil ciudadanos inocentes de Irak, once españoles, y unos cuantos más de otros países, han perdido su vida. Y, los atentados de Madrid y Londres son, con una alta probabilidad, una demostración de que no se puede hacer mal sin recibirlo. Lo malo es que las víctimas de uno y otro lado son inocentes. Blair, se desgañita estos días, para decir que el atentado de Madrid y de Londres no tienen nada que ver con la guerra de Irak. Siendo él uno de los actores de la guerra, sería idiota si dijera que sí. Las personas -normales- estamos muy preocupadas porque el terrorismo islamista es imbatible, de poco vale la que detengan a algunos activistas o sospechosos. Eso, conociendo la ideología y la religión de los islamistas, en vez de disminuir el riesgo de atentados, lo incrementa. Los mártires (terroristas, par nosotros) son personas con un ego muy grande, una creencia religiosa sin limites, con una personalidad débil y con la convicción de que su gente es humillada. Y esa es una realidad. A los accidentales no nos gusta que cambien nuestros valores, pues no cambiemos nosotros los suyos a la fuerza. A las personas que tiene conciencia de que su gente, su civilización, sus valores, su riqueza espiritual y material han sido y siguen siendo utilizadas por gobiernos autárquicos que sirven al imperialismo, entre más los acosen más terrorismo habrá. Ya sabemos como actúan. Pero aún puede ser más peligroso. Ya han dicho que están trabajando en el diseño de una nueva guerra santa en la que emplearán armas nucleares, químicas y bacteriológicas. La amenaza incluye el máximo riesgo, por lo tanto, no es cosa de seguir aceptando los faroles de los políticos que dicen «que los derrotaremos». Sí pensamos en que los vamos a derrotar, estaremos alimentando el peligro. El camino no es derrotar, que es imposible, sino de evitar que haya gobiernos tiranos que humillen a una parte de la población. Esta es la primera reflexión que debemos hacer: Nuestras limitaciones para comprender las causas y el miedo que nos produce morir de una manera tan irracional nos impide ver quién siembra y cultiva la semilla de la violencia. La respuesta es compleja, y requiere un estudio de una complejidad de mayor potencia lógica. No valen simples soflamas que salen de la boca de los dirigentes: « no cambiaran nuestra vida ni nuestros valores». Si los islamistas no pretenden cambiarnos nada, sino que les dejemos a ellos con los suyos. Hay muchas personas que analizamos las demasiadas personas que estudian las causas y la mayoría llegan a la conclusión de qué el terrorismo islamista ha sido producido por los abusos de occidente en colaboración con gobernantes tiranos que condenan a los ciudadanos a la represión y a la pobreza. Si sigue el asunto en manos de la CIA y de Scotland Yard, pongámonos a rezar. La idea lanzada por Zapatero en la sede de ONU de crea una alianza de « civilizaciones» parece que toma cuerpo. Están pensado en institucionalizar esta buena idea. Pero sí se incorporan vividores burócratas con el pretexto de ser expertos o sabios y se convierten en un grupo de intelectuales tecnocratizados, pues de nada sirve. Nada más inútil, más cínico, más servil, que los intelectuales que viven a la sombra del poder. Para que las civilizaciones se mezclen, se relajen, contrasten ideas y valores, hay que dejarlas que se unan en libertad y por supuesto, para que haya catarsis universal, hay que alejar a las instituciones contaminadas del control, porque son los que han contribuido a crear la tensión, la pobreza, las desigualdades, las imposiciones y, por tanto, los graves problemas que padecemos, no sólo con el terrorismo, con la pobreza universal y el desprecio al pobre. Por tanto, como se dijo en el Mayo francés ( 1968), es necesario que el poder de las civilizaciones sea simétrico y este poseído por la ética y la imaginación. La ética y la imaginación al poder para limpiarlo de los buitres y los carroñeros, que sólo ven lo suyo. Mientras tengamos como prioridad los intereses de algunos, preparémonos para ser víctimas. Por eso propongo a poetas, músicos, filósofos, antropólogos y, en general, humanistas formen parte del movimiento de civilizaciones para que los encuentros sean instituyentes y no estén instituidos previamente, sean reales para que tengan éxito. Si esto se hace así y el terrorismo que practican algunos Estados cesa, los islamistas se relajaran, darán gracias a Ala y se dedicaran a trabajar en su propio país ¿Esto es una utopía? No, porque es posible. ¿ Esto es imposible? Sí, porque hobbes tenia razón, no hay voluntad de hacer el bien. Sí seguimos con el método que proponen los Gobiernos de Occidente, pues tendremos un siglo de terrorismo.