Piedra de toque

LOS QUE VEN la botella medio llena esperan, que tiene raíz común con esperanza, que el acercamiento PSOE-PNV sea útil y decisivo para combatir a ETA. Los que la ven medio vacía lo que se malician es que más que reconducción del PNV, lo que habrá será rendición del socialismo gobernante, de la Constitución y del Estado. A mí me gustaría ver llenarse la botella, pero como gato escaldado y todos los días escaldado, el último en Amurrio con el esperpento de un alcalde peneuvista imponiendo banda de reina de las fiestas al monigote de un criminal etarra encarcelado, temo que lo que suceda es que dentro de nada ya no quede una gota de agua. Estamos, sin embargo, en vísperas de una prueba importante, de una auténtica piedra de toque, que nos aclarará por qué lado se inclina la balanza: la prohibida manifestación de la ilegal Batasuna en San Sebastián. De que se haga cumplir o no la ley ese día dependerá mucho el futuro que se nos avecina. Porque está claro que ETA y sus voceros han lanzado su órdago y están dispuestos a ganarlo y volver a imponer su ley del miedo en la calle. Si el Gobierno vasco se mantiene firme y no se deja amilanar, habrá lugar, al menos así lo percibiremos todos, para una cierta esperanza. Yo seré también entonces de los que vean llenándose a la botella. Pero si los batasunos se imponen con sus amenazas, poco sitio habrá para ella. Tal claudicación invalidaría, de paso, cualquier pretensión de que hay condiciones positivas para abrir caminos, como pretende hacernos ver el PSOE. Lo que se percibiría es que lo que hay es, simplemente, rendición.