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Publicado por
JOSÉ MARÍA CALLEJA
León

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CON MUCHOS AÑOS de retraso, con muchas víctimas mortales que no podrán celebrarlo, con miles de heridos, con un océano de sufrimientos que sólo conocen perfectamente los que los han padecido, el IRA ha llegado a lo obvio: hay que dejar de matar y hay que hacer política. ¡Qué pena que para llegar a esta conclusión parezca necesario haber cumplido los cuarenta años y haber apilado el suficiente número de cadáveres! ¡Qué pena que este ejercicio de lucidez no se pueda hacer a los dieciocho años, con el ahorro de sangre y dolor que ello supondría! ¡Qué alegría, a pesar de las penas anteriores, que se haya cerrado una etapa de sangre muerte y miedo y ahora la tarea que quede por delante sea construir la paz, organizar la convivencia y enfriar los odios!. Hay que estar contento por Gran Bretaña , por Irlanda, por los ciudadanos de las dos islas y también por lo que nos toca. Históricamente el IRA ha sido el hermano mayor de ETA; los terroristas de aquí se han dedicado a emular a los terroristas católicos en todos los sentidos: utilización del asesinato, estrategia del miedo, control de la población, siembra de odios. Con una diferencia ciertamente fundamental para eta, que no ha tenido enfrente a un grupo terrorista del mismo tenor que los paramilitares protestantes. Afortunadamente, eta nunca ha tenido la potencia destructora del IRA, ni el carácter de verdadero ejército que ha definido a los terroristas católicos, a pesar de que se ha afanado en emularles en todo. Los de IRA dejan de matar sin haber logrado ni una sola de sus exigencias, con un autogobierno absolutamente ridículo en comparación con el que existe en la Comunidad Autónoma vasca y con sus presos en la calle... a cambio de que hayan salido también los presos protestantes. Qué bien que se termina, pero alguien me puede decir como, con este balance, todavía queda gente en nuestro país dispuesta a encender la mecha de la violencia callejera o resuelta a disfrazarse para poner bombas el día del patrón. Las gentes del IRA, como las gentes de ETA a los que acaban de echar de la organización terrorista por llegar a las mismas conclusiones que Gerry Adams, deberían hacer una solemne declaración destinada a los chavales jóvenes para que se ahorren, nos ahorren, este sangriento viaje. Hay niños en Irlanda que han sido educados durante toda su vida en el odio, en un odio intenso; niños que son seres odiantes y que sólo necesitan que salte una chispa para empuñar un arma. Esos niños son el producto de la siembra de odio realizada durante años por el IRA, son el resultado de una política planificada, por eso sería de una gran relevancia que los que han llegado a la conclusión de que no hay que matar, lo proclamen a los cuatro vientos. Ya que han vendido su proceso durante tantos años, aunque sea incomparable en términos generales con el nuestro, no vendría mal que dijeran a los adolescentes vascos que ahora queman autobuses, cajeros y , si pueden personas, que por esa vía se siembra muerte y se termina como ellos: diciendo que hay que dejar de matar una vez que han cumplido los cuarenta años.